"Dos brazas de profundidad"

 

Al fallecer su padre tuvo que salirse de la escuela y trabajar como aprendiz en dos talleres de imprenta. Se contagió del deseo por la lectura y colaboró en un periódico de su hermano, Orion, y en muchos más.

 

Su espíritu aventurero lo llevó a adiestrarse como piloto en un barco de vapor en el Mississippi. Asimismo, se dio de alta en una compañía de caballería del ejército Confederado, además de probar fortuna en las minas. Su alma, de viajero incansable, lo indujo a conocer algunos países de Europa y Tierra Santa.

 

Fue un prolífico escritor de libros y novelas, entre los que se cuentan: Una vida dura, en la que narra su aprendizaje y experiencia como periodista y gambusino; Un vagabundo en el extranjero, donde comenta su viaje a Alemania y los Alpes Suizos; Vida en el Mississippi, su experiencia como piloto de barco; Príncipe y mendigo, en donde narra costumbres de la Inglaterra de los Tudor.

 

Sin embargo, será más recordado por Las aventuras de Tom Sawyer, y su secuela, Las aventuras de Huckleberry Finn, que se convirtieron en el deleite de jóvenes y niños.

 

Forjado en la fragua del esfuerzo y las contrariedades, soportó con pesimismo fracasos administrativos y la pérdida de su mujer y dos de sus hijas, como se reflejó en sus últimas obras de temas bíblicos.

 

El seudónimo Mark Twain, que significa dos brazas de profundidad, lo tomó de una frase acuñada en el argot del Mississippi, pues equivale al calado mínimo que se necesita para navegar.

 

¿Alcanzo las dos brazas de profundidad para navegar con soltura por la vida?

 

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@rodolfodiazf