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"OBSERVATORIO"

"El 'botón rojo' del Covid-19 en Sinaloa. Decisión del Gobernador, activarlo o no"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    Existe en todos los estados el hipotético “botón rojo” en el tema Covid-19 del que habla el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez. Más que un dispositivo de alarma es un aviso a la población de que podría cerrarse todo de nuevo, paralizar la actividad humana excepto lo más esencial, para cortar la secuencia de propagación del coronavirus que continúa siendo temible en varias partes de México, como es el caso particular de Sinaloa.

    El reporte estatal del 8 de julio da elementos de peso para establecer la posibilidad de que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel oprima ese “botón rojo” si el virus SARS-CoV-2 insiste en quedarse mucho tiempo aquí. Acercándose a los 10 mil casos cuando originalmente se previó que llegaría a los 7 mil, con mil 508 decesos de los cuales 500 se han registrado del 20 de junio a la fecha, el panorama actual resulta peligroso.

    Con base al dato más reciente, los 139 contagios y 31 decesos nuevos agregados el miércoles (ponderando los 7 mil 313 recuperados), sustentan la alegoría del mecanismo de emergencia que no es otra cosa que el ultimátum a los sinaloenses de cuidarse porque el desapego excesivo, premeditado por el conocimiento pleno del riesgo, a las previsiones sanitarias llevaría a retornar al punto en que estuvimos antes del 30 de mayo.

    Por más que la enfermedad Covid-19 está pasando a último término en la agenda oficial y en la conversación pública, en todos lados y en cualquier sector se sabe del rebrote que escapa inclusive a la compilación estadística, de laboratorios que están saturados por la demanda de las pruebas endémicas y noticias de fallecimientos que esparcen el luto por doquier. Además es inocultable que la sana distancia y las medidas básicas de prevención proceden a relajarse.

    Las playas de Sinaloa mostraron con crudeza el desentendimiento de los sinaloenses a los protocolos para evitar los contagios. El fin de semana posterior a la reactivación del turismo en Mazatlán concentró a tanta gente que algunos lo equipararon al flujo que se presenta en Semana Santa; en Las Glorias, Guasave, los bañistas saturaron todos los espacios y se rieron de las autoridades que los instaban a cuidarse. He ahí, por mencionar algunos, dos focos inmensos de transmisión del virus.

    Al paso que va Sinaloa tendrá que revisar la estrategia que acompaña a la reactivación económica. Al anunciar la reapertura de guarderías infantiles y gimnasios casi todo se habrá normalizado, excepto los espacios de ludopatía, bares, centros nocturnos, salones de fiestas, estadios y conciertos, en medio de la apatía popular en lo referente a guardar distancia, usar cubrebocas y sanitizar las manos.

    Al empezar la fase de reapertura de los sectores económicos, Quirino Ordaz dijo que si crecía el impacto pandémico volvería a cerrarlo todo. Pocos le creen porque fue él quien ordenó la reapertura de expendios de bebidas alcohólicas cuando la situación era todavía grave, pero más allá de que se quiera o no volver al aislamiento generalizado sí tiene a la mano el “botón rojo” para en caso de que las circunstancias lo obliguen a utilizarlo.

    Recordemos que el 17 de junio el Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, dio a conocer que le propondría al Gobernador volver a establecer la ley seca durante dos semanas, lo cual evitaría que más sinaloenses siguieran contagiándose. No se puso que le respondió Quirino Ordaz, pero aquello que pareció descabellado es parecido a lo que plantea Enrique Alfaro en Jalisco: frenar el ritmo de propagación de la Covid-19 regresando a la población a sus casas durante 15 días.

    Por su parte, el Gobierno federal difícilmente abandonará la postura cómoda de desentenderse de la pandemia y aventarles la contingencia a los estados. Esto le agrega dificultad a la toma de disposiciones en el ámbito local porque de acuerdo a la lógica “papacaliente” de los López (Obrador y Gatell) si la pandemia agrave acusarán de ineptos a gobernadores y ciudadanos y si todo funciona bien se colgarán la medalla en Palacio Nacional.

    Ojalá que no sea necesario apretar dicho “botón rojo”. O que de resultar inevitable el hecho de activarlo, Quirino Ordaz se anime a hacerlo. Y que quede claro que la parte fundamental en tal determinación queda a cargo de los ciudadanos que somos los únicos que podemos contener la transmisión del SARS-CoV-2, evitar que se vuelvan a saturar los hospitales y que la economía sufra otra caída devastadora y quizás irreversible.

     

    Reverso

    Si no hay otra salida,
    Tenga, Gobernador, el arrojo,
    De presionar ese ‘botón rojo’,
    Por el amor a la vida.

     

    El 'maiceo' virtual

    Con múltiples “fallas técnicas” e interrupciones que no sucedieron ni el martes cuando se inauguró el sistema de sesiones virtuales, en el Congreso del Estado se frustró ayer la mayoría para avalar el dictamen de la Comisión de Equidad, Género y Familia que rechaza la propuesta del Gobernador Quirino Ordaz Coppel para que Eva Guerrero Ríos ocupe la dirección del Instituto Sinaloense de las Mujeres. Lo accidentado y lo intrigoso de la asamblea les da vuelo a las conjeturas del “maiceo” a diputados, las mañosas ausencias premeditadamente planeadas y la turbiedad del modelo parlamentario a distancia que dejan mal parada otra vez a la 63 Legislatura y sobre todo a la bancada de Morena. ¿Quién tiene, y a qué costo, el control de la Cámara?

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