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"Editorial"

"El camino de la corrupción"

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19/06/2019

    Editorial

    Mucho tiempo permanecerá en el imaginario popular todo lo que llegó a significar “La Casa Blanca de Peña Nieto”. Los negocios que se hacen bajo el amparo del poder ha sido el sello del sistema político mexicano y también lo ha sido la impunidad.

    De aquel suceso, el de la corrupción, como muchos otros que han sido exhibidos y demostrados públicamente, han recibido una condena pública, pero las consecuencias legales han sido mínimas.

    Por eso, es que se han perpetuado casos como el de la compra de plantas de fertilizantes en condiciones chatarra, u otra planta de fertilizantes que estaba en número rojos, o de la construcción de carreteras en mal estada y pagadas a precios más elevados que los pactados.

    Por eso, ese que a pesar del escarnio público, los políticos involucrados nunca se fueron de la política, y algunos de ellos siguen paseando por sus pasillos como si nada hubiera pasado, con el respaldo de partidos que apuestan más por su supervivencia que a la redignificación de la política.

    Por eso, es que a más de seis meses de iniciado su gobierno, la corrupción sigue siendo una de las palabras centrales del discurso del Presidente Andrés Manuel López Obrador, como argumento para justificar el rumbo que hasta ahora ha tomado su administración.

    Por eso, por el largo camino que la corrupción ha tenido en México, es que mantiene fija la vista atrás, aunque también, ahora, haya evidencia de que su Gobierno no ha tomado una vía alterna para administrar el País.

    Ahí está el trabajo de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que ha documentado ya actos ilegales de uno de los “superdelegados”, en Jalisco, o el de Animal Político, con los contratos asignados para la elaboración de los libros de texto gratuitos.

    Sí, el camino de la democracia mexicana ha andado por uno construido sobre la corrupción. Y sí, si el México de López Obrador quiere tomar otro rumbo, ya debería de estar empezando a construir uno nuevo, el de la honestidad y la autocrítica, que tanta falta le hace hoy al País.

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