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"Opinión"

"El dardo en el carcaj"

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15/01/2019

    Joel Díaz Fonseca

    Me gusta leer a Jorge Zepeda Patterson cada semana, y casi siempre estoy de acuerdo con él. Su artículo del domingo no fue la excepción, aunque siento que se le quedó un dardo en el carcaj.
     
    Zepeda Patterson aborda el tema más coyuntural en estos momentos, el del “huachicoleo”, que es en realidad el de la corrupción en Pemex y todo lo que rodea a esta empresa. Lanza una interrogante que tiene como base a su vez la pregunta que hizo el periódico Reforma en una encuesta a nivel nacional.
     
    “La pregunta ahora es”, dice, “si estamos dispuestos a pasar por las incomodidades que implica limpiar la casa, sobre todo cuando descubrimos que esa limpieza exige levantar el piso y cambiar el drenaje”.
     
    Mentirían quienes respondieran que no les incomoda que le hagan un “revolvedero” quienes hacen la limpieza a fondo de su casa. Basta recordar lo que sufrieron los vecinos del Centro histórico en los inicios de la pasada administración municipal de Mazatlán.
     
    Por ello sorprende lo que arroja la encuesta de Reforma, según la cual para el 73 por ciento de los ciudadanos encuestados es preferible el combate al robo de combustible aunque no haya gasolina por un tiempo, contra el 18 por ciento que dice que prefiere un abasto regular de gasolina, aunque siga el robo de combustible.
     
    Es muy probable, como plantea el articulista, que este 18 por ciento se haya ya incrementado notablemente ante la prolongación del desabasto de gasolina y las incuestionables incomodidades que ello provoca.
     
    Plantea desde el principio que el intríngulis de esta cuestión es “el costo de la honestidad”.
     
    Por supuesto que ser honesto tiene un costo, pero no es una cuestión que pueda ser escudriñada con una sola lente, tiene diversos enfoques.
     
    Está por un lado el combate del gobierno contra el “huachicoleo”. Habrá quienes digan que es una muestra de la honestidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador, contra la opinión de otros que piensan que se trata de una acción mediática como las emprendidas por otros presidentes al inicio de sus mandatos para ganar un mayor respaldo popular.
     
    ¿Qué decir de tantísimos empresarios que sin recato hacen negocios con el gobierno o incursionan en negocios ilícitos?
     
    De otro lado tenemos la reacción ciudadana al cuestionamiento de una encuesta. Nos hemos acostumbrado los mexicanos a mentir a conveniencia.
     
    ¿Cuánto de honestidad habrá en la respuesta de quienes dijeron que no les importan los inconvenientes que pueda traer el combate al robo de combustible? Igualmente, ¿qué tan honestos son los que respondieron que prefieren que no se restrinja el abasto de gasolina aunque siga el robo de combustibles? ¿Será por un simple afán de dar la contra al gobierno?
     
    Imposible dejar de lado las apresuradas declaraciones de diversos gobernadores, lobos con piel de oveja, aplaudiendo el combate al “huachicoleo”, o la reacción hipócrita del llamado “huachicolero mayor”, Carlos Romero Deschamps, agradeciendo a López Obrador el combate a la corrupción en Pemex y poniéndose a su disposición para esa tarea.
     
    La actitud de todos ellos, sobre todo la de este último, es lo más alejado de la honestidad.
     
    Zepeda Patterson concluye con su opinión de que “todo esto está en juego en esta primera gran confrontación entre el crimen organizado y el gobierno”, y que dependerá de que la administración haga su parte.
     
    “Pero me temo”, acota con acierto, “que el factor decisivo será el ciudadano y su voluntad para atacar, de una vez por todas, el cáncer de la corrupción. Y aquí no hay medias tintas. Pero no nos confundamos ni terminemos haciendo el juego al crimen organizado. Por el contrario, habrá que presionar para asegurarnos de que todo esto culmine con una verdadera transformación de Pemex”.
     
    De acuerdo, pero creo que no debemos olvidarnos de quienes, presentándose como blancas palomas, se aprontan a exigir un combate a la corrupción en Pemex, omitiendo que son no solo parte de la misma, sino primerísimos actores en el “robo del siglo”.
     
    Es este el dardo que se le quedó a Zepeda Patterson en el carcaj, y, porque lo conozco, creo que no es porque no haya querido sacarlo y lanzarlo, sino porque casi siempre se nos quedan en la libreta, por falta de espacio, algunas opiniones y observaciones.
     
    No seguirles el juego a los funcionarios, líderes corruptos y tantos empresarios que se han beneficiado de esto, y sobre todo poner distancia de ellos, es la forma en que debemos apoyar el combate a la corrupción, no solo en Pemex, en todo el aparato de gobierno.
     
     

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