"El futuro"

Aún es muy apresurado para alcanzar a ver qué tanto serán efectivos los programas sociales que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ponga en marcha para atender el rezago social en que se encuentra el País, sobre todo en términos de equidad.

 

Aún, falta mucho tiempo para determinar que algo en el País habrá de cambiar con el cambio de Gobierno. Pero lo que sí puede decirse es que en otras áreas, el cambio de Gobierno de ocasiones anteriores no generó beneficios en todos los sectores productivos.

 

Por eso, es la urgencia que algunos de ellos han planteado para que el Gobierno de López Obrador les preste atención y el rezago, expresado más en términos sociales, también sea erradicado en términos de sectores productivos.

 

Uno de ellos es el de la pesca, el mismo que durante épocas ha insistido en la urgencia de que haya acceso a apoyos y programas como otras actividades productivas lo tienen.

 

Además de la insistencia de contar con precios del combustible similares a los que se ofrecen en otros países, el sector pesquero reclama también programas y estímulos como los que se entregan a otros sectores, como el agrícola o el ganadero.

 

La pesca fue, durante mucho tiempo, una de las fuentes de empleo que garantizaban condiciones de vida digna para quienes conseguían un puesto de trabajo.

 

La pesca fue, también en años atrás, un sector que reflejaba la bonanza que la naturaleza podía dar.

 

La pesca fue, la industria que podría tener futuro, como ya lo hacían otros países que dependen de estos recursos.

 

La pesca fue, y puede ser, si hay voluntad del Gobierno de dar apoyos y del sector y de ambos encontrar un camino que convierta a esta actividad en una industria sustentable.

 

La pesca fue, y puede ser, si el Gobierno trabaja para hacer respetar la Ley y el sector pesquero en obedecer lo que las leyes establecen.

 

Cada año, el panorama en la pesca se ha vuelto recurrente. Cambiarlo, requiere de políticas públicas comprometidas a transformar al sector y la vida de los pescadores. Cambiarlo requiere de voluntades, de quienes gobiernan y tienen los recursos y de quienes explotan el mar y sus riquezas.