"El ‘Guernica’ del Edomex"

Juan Alfonso Mejía López

juanalfonsomejia@hotmail.com

En la política, hay tiempo para sumar, otros para sumarse y unos más para sumirse. Aquellos que viven y respiran este mundo, bien vale que lo identifiquen sino quieren pagar el precio porque no bastará con reconocerlo tardíamente. Manejar el momento oportuno para la toma de decisión, el “timming”, es un todo un oficio; el oportunismo como profesión suele ser apasionante. Va esta reflexión para quienes se juegan gran parte de su carrera en las decisiones que vienen en los próximos días, meses o años, dependiendo de lo acertado de sus movimientos.

Si es momento de sumar, también es momento de disentir. Difiero de todos aquellos comentócratas que consideran al PRI perdido, listo para entregar la Presidencia de la República. Me parece inocente creer, como hacen algunos, que el Presidente Peña Nieto negoció ya su terruño, la elección en el Estado de México. Disiento totalmente de quienes ven en el resultado del próximo 4 de junio, la antesala del resultado electoral en 2018. 

El Estado de México es un laboratorio electoral. La idea de “antesala” supone la continuidad de un resultado, por más diversos que sean los factores (ánimo del electorado, maquinarias, estrategias, candidatos). No es el caso. En 2000 como en 2006, el PRI ganó la gubernatura del Edomex y en ambos casos perdió la Presidencia de la República.

Por el contrario, la lógica del laboratorio supone el ensayo, la teatralización de un futuro probable, con “aciertos y con errores”. En 1937, dos años antes de las hostilidades que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial, los futuros países del Eje y los Aliados usaron el territorio español para poner en juego sus estrategias. Resultó bastante eficaz en sus predicciones: hoy sabemos que fue una guerra sangrienta, cruel y de proporciones devastadoras, como sería el caso dos años más tarde. Para que nunca se olvidé, Picasso pintó el Guernica. ¿Qué es lo que no debemos olvidar producto de la contienda electoral del Estado de México?

Primero, a pesar del desgaste, al PRI le alcanza para “terciar” la elección. Puede variar de una casa encuestadora a otra, pero todas coinciden en porcentajes cerrados entre Alfredo del Mazo, Josefina Vázquez Mota y Delfina Gómez, los candidatos del PRI, PAN y Morena, respectivamente. Una elección terciada favorece al PRI , porque nulifica el efecto del voto útil en contra de quien detenta el poder, ya que no existe un contendiente claro.

Segundo, el PRD está en el fondo y Morena está a la alza; sin embargo, esos puntos que tiene el disminuido partido de “los chuchos” pueden ser determinante para la victoria, de ahí el peso de una posible alianza electoral. En la última encuesta de Reforma, el PRD tiene 11 puntos; nunca ganará, pero si puede determinar quién lo haga.

Tercero, el factor Josefina y el PRI. ¡Qué importante era para Peña Nieto que Josefina se lanzara a la candidatura pero, ¿para ganar? Muchas cosas pueden pasar en el camino aún, pero hoy no gana. No obstante, si ella hubiera decidido no participar, la candidata de Morena hubiera sido la candidata del 79 por ciento que desea un cambio de partido en el gobierno. En conclusión, el PRI y el PAN están platicando (¿ensayando?) sobre una auténtica alianza.

Cuarto, el 4 de junio no se decide el candidato presidencial, pero se alinean los astros. Eruviel termina su mandato en septiembre de 2017, lo que lo que lo habilita “de facto” como aspirante del PRI para “la grande“; si gana, habrá cumplido “su pacto” con Peña Nieto: “primero yo y luego tu primo (Del Mazo)”. Es muy probable que lo veamos en el Gabinete.

En resumidas cuentas, la guerra no se juega en el Estado de México, pero sí se ensaya. Factores como las posibles alianzas “de facto” entre unos y otros, el porcentaje electoral de preferencias (polarizado o terciado), la chiquillada (PRD) y el factor López Obrador y todos contra él, son sólo algunos mecanismos “a prueba”. El resultado es de pronóstico reservado.

Que así sea.