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"Visor Social"

"El nuevo Fiscal y sus retos más importantes"

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17/03/2017

    Ambrocio Mojardín Heráldez

    @ambrociomojardi
     
     
    El nombramiento del Dr. Juan José Ríos Estavillo como primer Fiscal General del Estado de Sinaloa es un hecho trascendente para el estado de Sinaloa por varias y muy significativas razones. El cambio de Procuraduría General de Justicia a Fiscalía General representa la implantación de un nuevo paradigma que supone procesos más eficientes y expeditos en la persecución del delito y la implantación de mecanismos institucionales que viabilizan la protección de los derechos de las personas. 
     
    El cambio llega en momentos en que la exigencia ciudadana por mayores niveles de seguridad y paz crece, casi al mismo tiempo y al mismo nivel en que la confianza social en la autoridad pública decrece. 
    El proceso que llevó a su nombramiento tuvo tres etapas que deben contribuir para la instalación y ejercicio de una política institucional fuerte. El Dr. Rios, junto a otros 16 destacados ciudadanos, pasó por un ejercicio abierto de evaluación que la sociedad pudo seguir y acompañar, contó con el aval del Gobernador al incluirlo en su propuesta de terna y obtuvo el voto prácticamente unánime de los diputados y eso debe verse como una fortaleza que ningún Procurador pudo tener.
     
    El nivel y tipo de reto que espera a la Fiscalía da valor al aval y respaldo que ha recibido, pero seguramente necesitará algo más. El Dr. Ríos deberá encontrar los medios para potenciar ese aval y diversificarlo.
     
    Los estudios más recientes sobre impunidad, cifra negra y comportamiento cotidiano de los delitos dan a su llegada como Fiscal un contexto muy complejo. El Índice Global de Impunidad que publicó la Universidad de las Américas en Puebla el 2016 (http://www.udlap.mx/igimex/assets/files/IGI-MEX_digital_sinaloa.pdf) indica que Sinaloa es de los estados con cifras más graves de impunidad en el País (alcanza el nivel 3, que es el máximo). Según datos de ese estudio, del total de averiguaciones previas que se inician solo el 25 se convierte en un proceso penal y 75 por ciento de ellas quedan en la etapa inicial (datos previos a la adopción del Nuevo Sistema de Justicia Penal). De ese 25 por ciento que continúan, solo el 56 por ciento llegan a una determinación.
     
    De esos procesos que llegan a determinación, solo alrededor del 49 por ciento de los inculpados e imputados terminan siendo procesados. De ese número de procesados, solo el 42 por ciento terminan siendo sentenciados.
     
    Esto significa, que del total de casos en averiguaciones previas o carpetas de investigación abiertas, solo alrededor del 13 por ciento recibe sentencia. Es decir que de cada 100 delitos sobre los que se abre investigación, solo 13 terminan siendo castigados.
     
    El estudio refiere algunas de las condiciones internas que enfrenta (ba) la PGJE (ahora Fiscalía General) y que pueden ser consideradas entre las razones de su funcionalidad. El primero tiene que ver con el presupuesto, cuyo monto es de los más bajos a nivel nacional.
     
    El segundo tiene que ver con el personal asignado a funciones de Ministerio Público. En este último rubro señala que Sinaloa tiene una tasa de 18.2 empleados por cada 100 mil habitantes, cuando la media nacional está alrededor de 34.
     
    La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad 2016 (http://www.inegi.org.mx) indica que la cifra negra (número de delitos no denunciados) anda alrededor de 93 porciento a nivel nacional. Esto significa que de 100 delitos que suceden, solo 7 se denuncian, los demás no se registran y por tanto no se persiguen.
     
    La primer razón que se ha encontrado para que las personas no denuncien es la desconfianza en las autoridades. No ven que al denunciar se les vaya a dar la respuesta que merecen y no tienen esperanza de que su problema vaya a tener el resultado deseado.
     
    Así, combinados los factores de eficiencia institucional en la procuración de justicia, con las carencias y fallas internas que puede estar cursando la nueva Fiscalía, más el comportamiento ciudadano de incredulidad en su eficacia, no hacen más que confirmar que para el Dr. Juan José Rios y el equipo que logre integrar el reto es mayúsculo.
     
    Vale en estas circunstancias traer al texto la frase, cuyo contenido exacto y autor son inciertos y por ello ofrezco mis disculpas: “A esta hora ya todas las estrellas han partido... mantén vigilia que nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer”. Vale porque las circunstancias están tan complicadas que parecieran no tuvieran solución.
     
    La fuerza social y política con que llega a la Fiscalía General el Dr. Rios es muy grande. Su formación profesional, su experiencia, su talento y su compromiso son un recurso clave para que tenga éxito en la encomienda.
     
    Sin embargo, no serán suficientes para superar las circunstancias a que se estará enfrentando. Los tres poderes del estado deberán contribuir para que los esfuerzos que haga sean exitosos. La ciudadanía organizada tendrá que estar presta para dar seguimiento puntual a su ejercicio, tanto como para impulsar los mecanismos que se lo faciliten y optimicen. Nos conviene a todos. ¿O usted que opina?

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