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"Observatorio"

"El oscuro período de Pucheta"

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OBSERVATORIO

    Tenebroso, de principio a fin
     
     
     
    Ferviente seguidor de su propio estilo y estigmas, Fernando Pucheta Sánchez reincide en la insólita manipulación de las instituciones para convertirlas en laboratorio de venganzas para sus enemigos e impunidad a los aliados. Insiste en burlarse de todos: de la Fiscalía General del Estado, del Sistema Estatal Anticorrupción y de la campaña de Quirino Ordaz para moralizar el ejercicio del gobierno.
     
    Genio y figura hasta la ignominia, instrumenta ahora un cínico operativo para que el Órgano de Control Interno del Ayuntamiento de Mazatlán “limpie” a My Lai Quintero de las culpas que la señalan como responsable del colapso del Tiburonario, la misma treta política que usó la Síndico Procurador en diciembre de 2017 para inhabilitar en el ejercicio de la función pública a los ex Alcaldes Alejandro Higuera y Carlos Felton. 
     
    Contra Higuera y Felton utilizó en forma burda a la Síndico Lourdes Sarabia; en el salvamento de My Lai pervierte el desempeño de Rafael Padilla en el Órgano de Control Interno, pero en sí todo el Gobierno de Mazatlán es reducido a instancia inquisidora contra disidentes y “lavadora” de delitos de los funcionarios municipales actuales.
     
    Es el estilo troglodita que logró subsistir apenas un año, retomado enseguida por Joel Bouciéguez, en plena era de transformaciones profundas en todos los ámbitos. Digamos con cierta candidez que es parte de los estertores del modelo priista pero cómo ha lastimado la gobernabilidad el pataleo del dinosaurio agónico.
     
    Qué ridículo se ve el aparato municipal oficial con este cierre de administración tan faccioso como intrigante. La mano negra de Pucheta queda tatuada en la historia política de Mazatlán, en una horrenda puesta en escena de payasos tenebrosos que ríen al tiempo que pisotean leyes y aplastan a los adversarios.
     
    Sin embargo, a My Lai Quintero le es tremendamente desfavorable el veredicto que la absuelve en la investigación sobre el derrumbe del Tiburonario. Es de esos resolutivos que en vez de proveer inocencia profundizan las culpas. Es seguro que la Fiscalía General del Estado resolverá en contrario, si es que todavía queda un asomo de legalidad en Sinaloa.
     
    Resulta evidente, por lo tanto, que Pucheta intenta sacralizar el pecado de su pupila y activista política, en la coyuntura del adiós al poder. Marcada la investigación por la perversión de principio a fin, la impunidad era el único desenlace posible, por lo pronto. Recuérdese aquel episodio en que la ex Directora del Acuario presiona a un buzo para que le mienta al Ministerio Público.
     
    La falacia del Tiburonario y la dama inocente podría tener un final alternativo en caso de que el Fiscal Juan José Ríos Estavillo se decida a hacer valer la ley en un esfuerzo de justicia estricta, haciendo que paguen aquellos que tienen que ver con la inversión inútil de 80 millones de pesos que bien pudo servir para atender otras necesidades planteadas por los mazatlecos.
     
    Le urge a Sinaloa un haz de luz sobre el escándalo del Tiburonario, referencia ineludible de la peor etapa de corrupción. Fernando Pucheta pretende extender su manto opaco hacia este caso que causa la burla nacional e internacional, con tiburones que devoran presupuestos públicos y nadan a sus anchas en las sentinas del gobierno. 
     
    ¿Cuántas coartadas más tiene Pucheta antes de irse de la Alcaldía de Mazatlán, la cual ejerce detrás del trono? De seguro muchas otras porque nunca supo estar a la altura del liderazgo que le exigía el hecho de ser Presidente del municipio con mayor aptitud democrática aplicada en identificar y deponer a los políticos que traicionan.
     
    Re-verso
    Hoy hasta el Diablo Azul,
    Perdió cualquier sonrojo,
    Al llegar el demonio rojo,
    A superarlo como gandul.
     
    Al menos tienen agenda
     

    La que será la bancada del PRI en la 63 Legislatura enseñó ayer las 23 iniciativas con las que jugará como primera minoría en la Cámara próxima a instalarse. Con Sergio Jacobo en el timón, el equipo tricolor prueba en su vocabulario palabras que le eran raras como diálogo, consensos, acuerdos, responsabilidad y viabilidad. Trabajará en los ejes desarrollo económico, política social, medio ambiente, equidad de género, seguridad pública y procuración de justicia. Al menos tienen agenda... no como otros.

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