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"Observatorio"

"El Químico contra periodistas, alto a eso"

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OBSERVATORIO

    Mazatlán ocupa a Alcalde y prensa al cien

     


    Urge encontrarle una solución consensuada al enfrentamiento entre el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, y los periodistas antes de que se arruinen las dos arterias, la del buen gobierno y la del derecho a la información, que son vitales para crecer como sociedad. Cuando una o las dos de estas venas yugulares se obstruye colapsan la estabilidad y las libertades.
    En Mazatlán debe ser instalada sin demora una mesa de diálogo en la cual participen el Gobierno municipal, el Congreso del Estado, comisiones de derechos humanos, periodistas y la organización Artículo 19, para distender un conflicto que a zancadas avanza a mayores consecuencias por la intolerancia. Ya pasaron los tiempos en los cuales los gobernados presenciaban cruzados de brazos, o sufrían resignados, los latigazos de intransigencia.
    Algo anda muy mal cuando los periodistas se convierten en noticias y se distraen de la función esencial de ser la voz de los ciudadanos, no la propia. ¿Se está acorralando a los reporteros en el miedo, o éstos son presa de la psicosis causada por la acometida brutal con todos los medios posibles contra la prensa?
    El caso más reciente es la denuncia que hace la periodista mazatleca Janeth Bañuelos contra el director de Comunicación del Alcalde, Jorge Olegario Contreras, por supuesto acoso e intimidación a consecuencia, según la agraviada, de dar a conocer hechos de nepotismo en la administración municipal de “El Químico” Benítez. Bañuelos afirma que la siguen en la calle, le toman fotos mientras anda con su familia y merodean su casa, desde hace dos meses.
    Se trata de acusaciones graves que abren pauta a medidas de prevención antes de lamentar las agresiones que la tirantez anuncia. Cualquier apuesta a minimizar los riesgos significa jugársela a favor de la negligencia que es a la vez la orden dada para que desaten todos los demonios. La dejadez de los ciudadanos es lo que envalentona a la delincuencia.
    La relación gobierno-periodistas no debe ser el entorno bélico donde se miden siempre unos contra otros. El ámbito de responsabilidades de cada quien está delimitado por la ley para los servidores públicos y la ética y responsabilidad social de los comunicadores. Los políticos a cumplir la encomienda de la representación social; los periodistas a vigilar a aquéllos y alertar a la opinión pública de las perversiones del poder.
    Y en Mazatlán es todavía peor. El cobarde asesinato de Manuel Alejandro Castro, el hijo de 15 años de René Castro, miembro de la Comisión Ejecutiva del Movimiento Amplio Social Sinaloense, redunda en la atmósfera de violencia que acecha a todos por igual, no se diga a defensores de la sociedad en cuyas filas está el periodismo. Esto es lo que habría que tenernos preocupados y ocupados a todos.
    La defensa de los desplazados de la sierra por la violencia, el apoyo a las madres del Colectivo Tesoros Perdidos cuyo esfuerzo de búsqueda resulta insuficiente ante la cantidad de cadáveres que vomita la tierra, y la existencia de una red criminal que recluta a jóvenes desesperados en el desempleo para entrenarlos como sicarios, son temas, amenazas y peligros que a todos nos requieren, en alianza o por separado, para al menos señalarle a la gente las salidas de emergencia. ¿Quién mostrará las rutas de evacuación si los indicados para hacerlo, los periodistas y activistas, libran su propia lucha en la autodefensa?
    Benítez Torres debe ponerse el chip del gobierno diferente, transparente, promotor de las libertades, ajustado a la ley y cercano a las aspiraciones ciudadanas, borrando de tajo las recurrentes reyertas con periodistas y medios. El estadista emerge en la libre controversia y manifestación de las ideas; el tirano se hunde por cada sectarismo que concreta.
    El periodismo ha de entender que cuando el ejercicio de esta labor se realiza con decoro hay costos a pagar porque la denuncia pública de lo oprobioso es nuestro campo de guerra. En esa realidad hay que luchar por la protección del Estado y la prevalencia del orden constitucional, pero nunca ser tan ingenuos como para esperar que ninguna raspadura nos ha de tocar.
    Por eso hoy es el momento de un acuerdo en Mazatlán que se anticipe a los riesgos que atisban. Hagámoslo hoy, antes de que tengamos que llorar a más víctimas. Hoy que, dígase lo que se diga, se ha instalado en lo nacional y local un nuevo régimen que está obligado a aprender que un México sin libertades ya no tiene razón de ser. Y el Alcalde Benítez Torres tal vez sea el primero que lo aprenda, antes que sus homólogos de otros municipios.

    Reverso
    Y si nos elabora “El Químico”,
    Una fórmula en buen plan,
    Que suba el estado anímico,
    Para rescatar Mazatlán.

    La ley es la respuesta
    El crimen que segó la vida del hijo menor de René Castro, ocurrido en un sector donde precaristas y acaparadores disputan palmo a palmo el suelo urbano, exige la intervención enérgica del Gobernador Quirino Ordaz Coppel para detener la escalada de violencia que pone en riesgo a los mazatlecos, refugiados, turistas y activistas sociales. Ni una probabilidad de impunidad por parte del Fiscal Juan José Ríos Estavillo para los que perpetraron esta canallada. ¿Se les quiere enviar un mensaje escrito con sangre a los desplazados de Concordia y El Rosario que buscan en Mazatlán un terreno para escapar de los criminales que se sienten dueños de la sierra? Todo el peso de la ley, toda la presencia policiaca, toda la capacidad de investigación, caiga quien caiga, sea quien sea.
    alexsicairos@hotmail.com

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