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"Observatorio"

"El superdelegado: dudas y certezas. Jaime Montes tampoco debe fallar"

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OBSERVATORIO

    Un lector que deletrea las ideas que aquí intento montar, y en ocasiones las corrige, me dice que José Jaime Montes Salas se ha preparado para desempeñarse con eficiencia en Sinaloa como coordinador de Programas Integrales de Desarrollo Social. Qué bueno que así sea porque la designación de estas figuras administrativas que creó el Presidente Andrés Manuel López Obrador es el siguiente paso escabroso en la integración del nuevo régimen.
     
    Quizá no tanto en Sinaloa como en otras entidades federativas, los nombramientos de los llamados superdelegados han dado pie a conjeturas tremendistas tales como el gobierno paralelo, los virreyes, vice gobernadores y embajadores del centralismo. Es probable que se trate más del miedo a perder esquemas burocráticos tan pesados como ineficientes, que el temor a lo desconocido.
     
    Mi leyente y descifrador me dice que debo conocer personalmente a Jaime Montes, así le llaman sus amigos, para darme cuenta de que “es simpático, de buen humor y mucha chispa; agrónomo, como Alfonso Romo Garza y Octavio Romero Oropeza. Nacido en Bachimeto, cerca de El Vergel, rumbo a Altata; técnico agrícola y productor de papa, mediano empresario agrícola. Identificado políticamente con AMLO, no durante la campaña, desde antes y convencido del Proyecto Alternativo de Nación. Agrego que Jaime es hombre de convicciones y de carácter”.
     
    La descripción coincide con la sensación de confianza que provocó el superdelegado a los empresarios que se reunieron con él al saberse que sería el representante mayor de López Obrador en Sinaloa. Ellos tenían las mismas inquietudes que aun dominan a un amplio sector de líderes de opinión, al sentir que se pone excesivo poder en manos de una sola persona. Al salir del encuentro con Montes Salas, los hombres de negocios tenían una percepción muy favorable a este.
     
    Igual le ocurrió al Gobernador Quirino Ordaz Coppel. Cuando supo que López Obrador enviaría a este tipo de emisarios a Sinaloa la primera impresión fue que la estrategia era debilitar a los mandatarios estatales y reeditar la añeja praxis del centralismo apabullante. Hoy, al menos eso permea de su cortés aceptación del esquema amloísta, se siente cómodo con quien será el superdelegado.
     
    El asunto es que al desconocerse cómo funcionará la Coordinación de Programas Integrales de Desarrollo Social se fortalece el surgimiento de hipótesis y llegan en cascada las interrogantes. Algunos ciudadanos preguntan qué pasará con servidores públicos que han demostrado vocación de servicio y que son expertos en las áreas su cargo.
     
    Por ejemplo, inquieren, si el doctor Alejandro Barraza Gaxiola está logrando un gran reconocimiento como director del hospital regional del ISSSTE, con sede en Culiacán, ¿es forzamente indispensable que se le remueva para dar ese lugar a un médico morenista? O el caso de Pablo Moreno Cota que como delegado del Registro Agrario Nacional edificó un modelo de trabajo a la medida de las necesidades de los campesinos, sector del que ha sido parte toda su vida. ¿Se le dará a un agricultor la delegación de Sagarpa?
     
    Es entendible que la operación de 70 delegaciones en Sinaloa le dé forma a un enorme elefante blanco que le cuesta demasiado caro al erario, pero también es criticable que tales representaciones se definan como cundina partidista, en lugar de ponderar criterios como el de experiencia y presencia en el área a manejar. Inaceptable reeditar el cuotismo y el cuatismo priistas.
     
    De hecho, como lo sostiene el lector que desmenuza estas letras, Jaime Montes tendrá la obligación de sacar adelante primero a los pobres, tal como lo ha ordenado López Obrador. Además, de la misma forma en que el Presidente se ha impuesto la obligación de cumplirles a los sectores que confían a ciegas en él, tampoco el superdelegado le puede fallar a Sinaloa.
     
    Re-verso
    Nunca más las montañas,
    En los partos de los Montes,
    Vuelvan a parir alimañas,
    Sino audaces rinocerontes.
     
    El punto muerto
    Fue muy grande el sainete legislativo para un asunto tan sencillo. El punto de acuerdo que emitió la 63 Legislatura en la extraña sesión vespertina del 29 de noviembre, para que el Gobernador Quirino Ordaz elimine las cuotas que las organizaciones campesinas cobran a sus asociados, es tan inofensivo como las amonestaciones en privado, las recomendaciones de organismos de derechos humanos, el sermón del Obispo contra narcotraficantes o la lengua viperina de “La Gilbertona”.
     
     

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