"El temor de Cuén a debatir. Y Zamora recibió los golpes"

Ese atril vacío durante el debate que se realizó ayer en Guamúchil podría simbolizar la conclusión de la candidatura de Héctor Melesio Cuén Ojeda y tal vez también de su carrera política. Y así como se animaron a confrontarse Mario Zamora, Manuel Clouthier y Rubén Rocha Moya quizá sea entre los tres la disputa final por los escaños que le corresponden a Sinaloa en el Senado. 

El contraste de ideas, o en todo caso el cruce de ataques, organizado por las empresas de comunicación El Debate y ADN Informativo Mx, marca el epitafio de un político que se desliza a sus anchas en escenarios controlados, pero le teme a las situaciones donde se le cuestiona o se le exhibe en los negativos que, igual que los demás aspirantes, los tiene y muchos. 

Para la estrategia política un pódium sin candidato alude la ausencia de todo. Es la táctica del contendiente arredrado, el que prefiere hablar con la mediación de boletines o de terceros a través de las redes sociales, el que se sube al ring rezando para que no lo golpeen, aquel que busca el halago caro y tramposo, no la crítica para la rectificación. 

Se trata del principal error de la campaña de Cuén. Para los electores que pretenden medir la aptitud de los candidatos a los puestos de elección popular que se deciden el primer domingo de julio, la inasistencia los remite a la invisibilidad de la propuesta y la disipación de quien la formula. El pódium desocupado es el emblema más lacerante del derrotismo. 

Ni siquiera la escalada de señalamientos en su contra durante el primer debate del 8 de mayo justifica la decisión del ex Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa de no ir al debate de ayer.  Las “razones de agenda” son excusa y celada impuesta a sí mismo que lo distancia de los votantes y resta arrestos para defender la posición pretendida. 

Es lo que dominó durante el evento, más que la repetición de ganchos al hígado entre los debatientes y extensivos a sus familias. El atril desocupado que para el priista Mario Zamora significó un rival noqueado y la incitación a ir por los otros dos; así como para independiente Manuel Clouthier y el pejista Rubén Rocha Moya implicó cuidar sus buenas posiciones en la intención del voto.  

Sin Cuén en la reyerta verbal Mario Zamora asumió el rol de “tírenle al negro”, volviendo a cargar con la responsabilidad de los fracasos históricos del PRI y el desastre sexenal de Enrique Peña Nieto. Capitalizó sin embargo la retirada del dirigente del Partido Sinaloense para meterse a la pelea por el sufragio. 

Pareció la reiteración de lo que anuncian las encuestas. Los tres que fueron al debate peleando por la fórmula ganadora y la primera minoría que los lleve al Senado, mientras que en el cuartel del candidato de la coalición “Por México al Frente” la desesperación hace estragos porque el esfuerzo del Partido Sinaloense encontró un enorme lastre en la alianza con el PAN. 

En fin, pudiendo ser un monumento a la propuesta suplantada, el abandono de Cuén Ojeda al debate habló mucho más de lo que ahí hubiera expresado el dirigente del PAS. Retumbó la ausencia, dominó la conjetura del temor a dar la cara, rondó la teoría de la reculada. ¿Será la primera piedra del cenotafio de un proyecto político que anidó en la Universidad Autónoma de Sinaloa desde 2005?  

Re-verso 

Fue el punto de interés,

Que Cuén se haya rajado,

Y que de cuatro al Senado,

Ya solo nos queden tres. 

Estudiantes a examen 

Dentro de las fechas festivas de mayo llegó el turno para los estudiantes. Felicidades y saludamos esfuerzos de autoexamen como el que realizan hoy a partir de las 10 horas alumnos de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa con el conversatorio “El deber ser del estudiante: hacia una reflexión autocrítica”.