|
"PUERTO VIEJO"

"Elevemos..."

""

    Hoy es día de grandes eventos y al menos por este domingo, las campañas políticas se irán al caño con todo y sus mentiras y simulaciones. Me refiero al juego del Tri contra Alemania, con un pronóstico de calle a favor de los teutones, aunque todo puede pasar y hay que pensar en la posibilidad de que los ahijados de la Merkel, salgan en una mala tarde y los nuestros, con un inesperado y afinado tiro a gol.
     
    El otro evento que nos servirá para expulsar temporalmente el hartazgo de las campañas políticas, es el más que justificado festejo del Día del Padre. 
     
    Es decir, que pretextos sobran para que este cierre de la semana 24 del año que corre, se haga la carnita asada, pero antes, vayamos con algo de los antecedentes del Día del Padre. 
     
    “A Dios doy gracias por ser mi padre, por tus reproches y consejos, por el bien que me enseñaste y de mi ser siempre cuidaste...”  (Pablo Neruda)
     
    La estadounidense Sonora Smart Dodd, junto con sus hermanos quedó huérfana de madre y su padre, se entregó a la tarea de hacerse cargo de la crianza de sus hijos, con el apoyo de Sonora, que era la mayor de la familia.
     
    A Sonora le marcó la entrega de su padre y al ver que dentro del calendario no había una fecha para honrar a la figura paterna, se dio a la tarea de promover la celebración y el esfuerzo, con el apoyo de su iglesia, cristalizó el domingo 19 de junio de 1910 y 62 años después, se institucionalizó por iniciativa de Richard Nixon, fijando el tercer domingo del mes de junio para tan importante fecha. 
     
    Cabe mencionar que en otros países, y mucho antes que la propuesta de la estadounidense, el Día del Padre se celebra el 19 de marzo de cada año, festividad de San José, padre de Jesús.
    En nuestro país la dedicación norteamericana nos llegó de rebote en la década de los 50 y ha venido siendo impulsada por el sector comercial, es decir, no hay nada de romanticismo genuino en su origen.
     
    “Que falta me hace mi padre... Como lo voy a olvidar, siempre lo tengo presente, como lo voy a olvidar... él me enseñó el buen camino y a vivir como la gente...” (Raúl Osuna)
     
    Al igual que cualquier celebración el momento se presta para recibir el reconocimiento y el halago de los hijos, pero también para la nostalgia por el padre ausente, por el que ya cumplió con su misión de vida y cuyo recuerdo, le da vigencia a la trascendencia del ser, por lo cual, según mi entender, la evocación debe ser de alegría y de agradecimiento de haber tenido la oportunidad de convivir con él.
     
    “Es un gran tipo mi viejo, que anda solo y esperando, tiene la tristeza larga, de tanto venir andando...” (Piero)
     
    A la par de la alegría de los que hoy seremos el centro de la celebración, también habrá tristeza entre aquellos padres y abuelos que han sido abandonados por los hijos, y el dolor se hará mayor, entre los que recuerdan a sus descendientes muertos.
     
    “¿Por qué no fui más hijo? si tú me diste la mano cuando yo necesitaba,
    cuando por mis locura de niño siempre me socorrías, eras como un héroe
    poniendo el pecho para que no me dañaran...” (Anónimo)
     
    Hasta el tercer tercio del año pasado, según las estadísticas del INEGI, el número de adultos mayores, es decir de 60 y más años cumplidos, andaba muy cerca de los 13 millones de individuos, de los cuales, alrededor del 20 por ciento se encuentra abandonado o sufre maltrato por parte de sus ingratos retoños y el amargor de la infamia se ve acentuado con pensiones no contributivas, es decir, derivadas de programas sociales, por el orden de los 20 pesos diarios, según datos de la Comisión Nacional del Ahorro para el Retiro (CONSAR)
     
    “Con tu sonrisa de medio lado, cuántos te quiero te habrás callado, cuántas cosas de chiquillo aún conservas en los bolsillos, con tu eterno cigarrillo, con tu ojera y tu descuido... No eres sólo aquel que firma en el libro de la familia... Eres mucho más, eres ese amigo que me dio la vida...” (Alejandro Sanz)
     
    Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, para el 2030, es decir, a la vuelta de la esquina, la población mexicana de cabeza nevada se incrementará significativamente, y por supuesto, el número de viejos abandonados, una realidad que no ha merecido propuestas de políticas públicas de parte de los que buscan dirigir los destinos del país.
     
    Elevemos nuestros deseos de salud y felicidad para aquellos que lo entregaron todo por sus hijos, sin esperar nada a cambio, y por supuesto, el brindis también va para los que disfrutamos del agradecimiento de nuestros retoños ¡Felicidades!
     

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!