"En el PRI..."

Como paso previo a su convención nacional, mero pretexto para darle carta abierta al Presidente Peña Nieto para que pueda escoger a su heredero, el Partido Revolucionario Institucional, depositario infiel de los legados de la Revolución, al aprovechar sus postulados   para mantener a una élite en el poder y en iguales circunstancias de pobreza a millones de mexicanos, ha llevado a cabo una serie de ejercicios de reflexión, dicen ellos, repartidos en diversas mesas, entre las cuales estuvo la de Rendición de Cuentas y Ética, misma que de manera irónica se realizó en Sinaloa, concretamente en el puerto mazatleco, después de que los diputados del tricolor encabezaron la aprobación de las cuentas mochas que dejaron tanto la administración de Mario López Valdez como las de los alcaldes que lo acompañaron en el último trienio de su fallida gestión.

Tal vez el hecho de asignar la discusión de transparencia y ética a los priistas sinaloenses, fue un espaldarazo partidista al absurdo cometido por los legisladores locales.

El tema de la rendición de cuentas y ética, me llevó a husmear en los documentos básicos del partido creado por el sonorense Plutarco Elías Calles, y la verdad, me quedé sorprendido con la calidad de los dictados que componen la filosofía del PRI y más allá de mesas y alharacas, bastaría con que se cumplieran para contar con la aceptación y aplauso del respetable.

¡Ah! Y también encuentro que de manera redonda, los legisladores priistas de nuestro Congreso, de “pe a pa”, no solo le jugaron rudo a sus representados, sino que también,  traicionaron los idearios rectores de su partido.

De ese hermoso jardín de buenas intenciones, a manera de ejemplo, corto dos flores. Una dedicada a la vida interna del PRI y la segunda, relativa a la transparencia y rendición de cuentas.

En cuanto a su vida interna, encuentro que el PRI, para su vida interna, entre otros aspectos de avanzada, tiene claro que hay que reducir el gasto de los partidos y que es urgente llevar una contabilidad transparente en el manejo de dichos recursos.

En ese sentido, se agrega que: “... el PRI va más allá, pues ha cobrado consciencia de que transparentar la vida interna del partido y rendir cuentas claras sobre el uso y destino de los recursos que se le han confiado es una exigencia de la militancia y una inquietud de la ciudadanía, con tal propósito el partido plantea fortalecer sus áreas y mecanismos de transparencia, obligándose incluso, a establecer rangos y rubros de transparencia superiores a los que la legislación le obliga”.

Ante tal propósito y solo como una caladita, me pregunto si la dirigencia priista estaría dispuesta a que su contabilidad fuera llevada y auditada por un despacho contable independiente. Me supongo que no, ya que los hechos nos hablan de una realidad totalmente alejada del noble dictado.

En cuanto a la transparencia y la rendición de cuentas en el ejercicio gubernamental, los ideólogos del PRI también plasmaron verdaderas joyas de rectitud y democracia. Vea usted si no: “...Una sociedad democrática y funcional se construye con el debate público e informado. El gobierno, en sus tres órdenes, tiene el deber de socializar la información pública, mejorar su calidad y propiciar las bases de veracidad para la evaluación, fiscalización y rendición de cuentas de los asuntos públicos...”

Otra más, para restregarla en la desvergüenza del incumplimiento de los diputados priistas sinaloenses: “... El partido será promotor de un gobierno que prevenga, castigue y evite la corrupción, por lo que tomará la iniciativa y el liderazgo para que todo servidor público esté sujeto a la rendición de cuentas; el control de la administración pública a través del fortalecimiento de las funciones del Poder Legislativo en esa materia; la construcción ciudadana de una cultura de la transparencia acompañada de la búsqueda de innovadores mecanismos en los que el PRI pueda garantizar el correcto desempeño de los servidores públicos, en especial, de sus militantes en cargos públicos”.

Las muestras citadas reflejan que en cuanto a ideario escrito, el PRI cuenta con una sólida base para convertirse en un vehículo promotor del bienestar social y, por ende, ganar el reconocimiento de toda la ciudadanía, pero no hay tal, ya que sus líderes y los que de alguna manera u otra han detentado el poder y abusado de él, han encaminado sus pasos por el lodoso camino de la corrupción, en lugar de obedecer los dictados de la filosofía partidista.

En el PRI les sobran ideales, pero les falta compromiso social y honradez ¡Buen día!

osunahi@hotmail.com