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"Opinión"

"Entre mentiras y verdades"

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21/04/2019

    Cuauhtémoc Celaya Corella

     
    Me decía un colega tuyo Inge: Usted sabe Lic.,  los números siempre los maquilla el gobierno a su favor. Eso ha sucedido siempre. Cuando se vio acosado por los integrantes de la espontánea mesa en un desayunador del malecón. Se refería a los datos que maneja el gobierno en relación a las cifras de muertos, y que por la mañana del viernes, un periodista avecindado en Miami, enfrentó al Presidente para demostrar que hay mentira en la verdad que quiere el Ejecutivo que creamos.
    No trataré lo sucedido entre el citado periodista y el Presidente, dado que al hacerse viral dicho diferendo, todos saben cómo sorteó el escollo, aunque quedó exhibido; sino a lo declarado por el Padre Solalinde, a quien es un hombre probo y con un humanismo a toda prueba, quien se refirió al zipizape televisivo del viernes, diciendo que el periodista faltó al respeto a todos los mexicanos por enfrentar al Presidente. Como que no es tarea del buen sacerdote defender a quien tiene 30 millones que lo hacen.
    Eso es lo que se está pidiendo, que el Presidente modere sus ataques a los que no piensan como él, sin importar su oficio, ya que el Congreso no sirve para eso, ni los miembros de su gabinete tienen valor para disentir, por lo menos quienes tienen voz y pluma, le hagan sentir que no todo lo que dice está bien, y que no todo lo que cree es lo correcto.
    Aquí no se vale comparar las intenciones con las acciones. Se gobierna con acciones, no con intenciones. Yo apruebo que ataque la corrupción, lo que no veo son programas que la disminuyan, porque ésta sigue dándose, nada ha cambiado, sólo se ha escondido lo que se hace, o se tiene más cuidado. Pero sigue la mata dando.
    Además no hay reglamentaciones que vayan contra eso, y no pueden haber cuando quien debe de cumplir, no lo hace. Ahí tienes Inge., lo de la Guardia Nacional. Se aprobó un mando civil, pero él sale con un mando militar, y los senadores de Morena salen a justificar que está bien, lo que está mal. Así que si el de arriba no pone el ejemplo, los de abajo menos. Y eso que la escalera se iba a barrer de arriba abajo, según lo dijo en campaña.
    Otra cosa que hace y le sale bien es buscar la confrontación. Que afán de estar incidiendo en que todo es causa del pasado y no le da razón al entorno actual en el cual ya lleva casi cinco meses. Porque si no va actuar en contra de los corruptos recientes, Peña, Robles, Videgaray, Ruiz Esparza, Duarte, y tantos, pues, ¿qué caso tiene que los señale solamente? Mientras no dice ni deja que digan ¿Qué sucedió en la muerte de la Gobernadora de Puebla, qué, en los enfrentamientos contra delincuentes por parte de las policías, qué, con la muerte de los seis periodistas que ya sucedieron gobernando El, qué con los recortes de recursos para educación, cultura y otros renglones del presupuesto?
    Tiene mucho que decir y bien, con verdades, no con mentiras creíbles por las mañanas. Él mismo dijo que la mentira es cosa del diablo, y la verdad es cristiana. Pues que lo demuestre.
    Pero creo que se le pasan los días y el cargo no lo carga con la solidez que le exige. Dicen que está aprendiendo, pero no se ve, en cambio sí se ve como busca confrontar. Decía alguien que no se puede manejar viendo el retrovisor, y aquí se da el caso que van cinco meses viendo para atrás.
    Lo más reciente, lo del precio de las gasolinas. Ahora resulta que los empresarios son los culpables. No todos, lo dijo. Que de recibir el litro a 16 pesos, lo venden en 20. Que alguien le diga que el margen bruto es de apenas un 25% del cual se deben de pagar salarios, rentas, administración, y todo lo que cuesta tener una empresa.
    Ya debería estar administrando a través de controles lo que los gobernadores y presidentes municipales de Morena, están haciendo en obras y servicios a la colectividad, para que una mañana, desde el púlpito mañanero, como le dice alguien, compare ese trabajo con el que hicieron los “corruptos conservadores” del PRI y el PAN, y halague a sus compañeros de partido, hoy ejecutivos estatales y municipales.
    Pero no creo que de ellos tenga buenas noticias. No al menos, si están como los que gobiernan las tres principales ciudades sinaloenses. Sin programa, sin proyectos de desarrollo y sin mantener un mejor equilibrio social que el que recibieron.
    No son entonces unos números que se comparan, son las acciones que no ha emprendido, ni los suyos han hecho para generar confianza y apoyo por parte de la ciudadanía. Ojalá otro periodista le preguntara. ¿Cuáles problemas, según usted Presidente, bajo su administración, ya está solucionando o en vías de solucionarse a corto plazo, de los que heredó? Dicen que calladitos se ven más bonitos, reza el adagio.
    En fin Inge., como  decía un amigo empresario del ramo joyero cuando nos veíamos en el súper en la época de Zedillo: Va mal la economía con Zedillo, licenciado.

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