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"Opinión"

"Fraude electoral y corrupción política"

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15/06/2017

    Manuel Clouthier

    @ClouthierManuel

    Diputado federal independiente

     

    En una nota publicada en El Universal fechada el 9 de junio, se da cuenta de el posicionamiento del presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien hace un llamado a los partidos políticos a canalizar sus inconformidades ante los Tribunales y sostiene que el INE está abierto al escrutinio público por lo que pidió no descalificar al calor de la elección.

     

    En ese mismo acto el consejero Ciro Murayama señaló que “las acusaciones de fraude son descabelladas”, además de que autoproclamarse ganadores antes de concluir el conteo fue una irresponsabilidad política y falta de respeto a los electores, concluyó. ¿Existe y persiste el fraude electoral en México, o es cosa del pasado?

     

    Mi padre “Maquio” sostenía la tesis de que quien se roba los votos, se roba la lana. Así el pueblo de México recuerda que el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, después de las fraudulentas elecciones de 1988, fue uno de los más corruptos en nuestra historia moderna.

     

    El fraude electoral en nuestro País sigue siendo una práctica que utilizan algunos partidos políticos, especialmente el PRI. Ya no son los fraudes burdos de robarse las urnas y salir corriendo para luego aparecer en los órganos electorales rellenas de votos. Hoy son prácticas más sofisticadas. Hoy los fraudes se construyen desde el poder con el uso de programas sociales que permiten la coacción del voto, igual se utiliza la compra de votos el día “D” y a esto le llaman “Estructura territorial para movilización de votantes”. Para comprar votos se necesita mucho dinero y éste sale ilegalmente de los gobiernos estatales o de fuentes de financiamiento privado o incluso en muchos casos del crimen organizado. El voto comprado “se lava” una vez que entra a la urna, ya que para efectos de conteo de votos no se puede diferenciar de cómo llegó.

     

    Otra práctica que demanda de grandes cantidades de recursos es la de compra de credenciales de elector en zonas que de acuerdo al mapeo electoral se sabe que se tienen perdidas y al comprar la credencial se garantiza que esos ciudadanos no saldrán a votar. Otra práctica electoral fraudulenta consiste en utilizar los Órganos e Instituciones electorales como el INE o los Institutos electorales estatales para que actúen a favor de un partido o candidato de diferentes maneras.

     

    Ejemplos de prácticas de los órganos electorales para beneficiar a un determinado partido son: 1) La redistritación amañada para favorecer condiciones a determinado partido. 2) Pagarle a funcionarios de casilla insaculados para que no se presenten el día de la elección y un maestro del SNTE tome el control de la casilla. 3) Abrir tarde alguna casilla en zonas en que la votación posible no favorece al partido que se quiere beneficiar. 4) Funcionarios de casilla que cambian las actas en el trayecto a los comités electorales. 5) Manejo discrecional del PREP ya sea alimentando actas “ganadoras” para garantizar una delantera o lentitud en la captura o bien no procesar el 100 por ciento de las actas en el PREP cortándolo el conteo en 80 por ciento, pero mostrando una delantera del “invencible”.

     

    En el caso de Sinaloa en elecciones de 2015 y 2016 los órganos electorales no jugaron imparciales. En mi caso ya he denunciado que el INE “me robó” el 50 por ciento de mis spots de televisión a los que tenía derecho argumentan de “errores técnicos”.

     

    Así que lo descabellado en México no es gritar fraude, sino que persistan estas prácticas y la autoridad electoral sea parte de ello. 

     

     

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