|
"ESTRATEGIAS ABC"

"Hazlo fácil"

""
20/05/2019

    Gnozin Navarro

    No me importa cuánto sepas, hasta que sepa cuánto te importo.” 
    – Stephen R. Covey



    Es fácil hacerla difícil. Nuestras limitaciones son muchas: miedos, bloqueos, resistencias, creencias, inseguridad, etcétera. Cualquiera de estas carencias es puerta de entrada a la amplia ruta del error. 
    Una conversación se complica ante la sensación de amenaza. Nuestros mecanismos de defensa se activan automáticamente  y revelan lo peor de nosotros: la arrogancia. Por alguna razón acariciamos la noción de que sabemos lo que realmente está pasando y qué es lo que debe suceder. 
    Entonces nuestro problema se convierte en demostrarle al otro que se encuentra equivocado y por eso debe hacernos caso. 
    Cuando elegimos guiar nuestras relaciones por este camino vamos dando tumbos de desencuentro en desencuentro, nuestras relaciones se deterioran porque se debilitan la confianza para sobrellevar nuestras diferencias y conflictos, entonces no ocurre el compromiso, se imposibilita la responsabilidad y se torna inviable la medición del desempeño sin caer en dramas.
    Podemos suprimir nuestros pensamientos y sentimientos. Quizás procuremos ser agradables y propositivos pero en el fondo sabemos que no estamos siendo sinceros y que sin expresar nuestra verdad, no estamos verdaderamente hablando de nuestros problemas entonces menos podremos resolverlos.

    ¿Cómo hacerlo fácil?
    Para transformar nuestras conversaciones difíciles en una experiencia gratificante y con resultados funcionales, es necesario que modifiquemos nuestras suposiciones y nuestra conducta. 
    Para empezar, debemos admitir que no sabemos toda la verdad y que nuestra contra parte puede proporcionar información significativa. 
    De ahí, pasamos de demostrarle al otro sus puntos débiles a explorar los elementos claves de su perspectiva para conocer su razonamiento y así entender por qué está pensando lo que está pensando. También debemos asumir que el otro no sabe toda la verdad y que podemos darle información significativa. 
    Entonces, nuestro objetivo pasa a ser asistir al otro a entender por qué pensamos lo que pensamos, explicándole nuestro razonamiento sin ponernos a la defensiva. 
    Una vez establecidas estas bases de comprensión y respeto mutuos, podremos negociar nuestras diferencias buscando soluciones mutuamente ganadoras.
    Entender que la cooperación es función de la solidaridad, y no de la arrogancia, comprender que la confianza mutua y el respeto son elementos claves para cualquier interacción productiva, sólo así podremos empezar a hacerlo fácil a través de un esquema de acuerdos que sea honrado por todos los interesados.

    Quedo con Dios y contigo

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!