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"Visor Social"

"Información y sentido crítico para acompañar la cuarta transformación"

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15/02/2019

    Ambrocio Mojardín Heráldez

    La semana que está terminando ha estado plagada de información que a todas luces ha querido ser manipulada con propósitos políticos y que merece nuestra reflexión. Por razones de espacio me concentraré solo en dos puntos: los nombramientos “patito” en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la reacción en ola contra el recorte presupuestal a las estancias infantiles, mal conocidas como “guarderías”. El primero un error administrativo y el segundo una decisión conocida a medias; ambos, leña para el fuego político.
     
    Los nombramientos que hicieron a Edith Arrieta Meza como Subdirectora de Desarrollo e Innovación Científica y Tecnológica y a David Alexir Ledesma, como Subdirector y coordinador de Comunicación e Información Estratégica del Conacyt, fueron excesos graves que hasta motivaron la intervención del propio Presidente de México. Una pifia que seguramente resultó de la mentalidad parcelaria que persiste y seguirá persistiendo en muchos actores de la política nacional y local, incluyendo aliados del Presidente, a los que les está costando comprender la lógica que él propone.
     
    El Conacyt, a pesar de las críticas que merece por la lógica de élite que ha estado implantando en los últimos lustros y los niveles de corrupción que han ido siendo ventilados, representa la instancia más compacta de la Nación para impulsar el desarrollo científico y tecnológico. Su contribución para la formación de científicos y tecnólogos y el impulso a la creación científica en varias áreas es incuestionable.
     
    Quienes hemos estado en contacto permanente con éste, por más de 30 años, sea en calidad de becarios, investigadores o evaluadores, sabemos que es un espacio estratégico para el desarrollo del país y que merece ser tratado como tal. Lo deseable es que el Estado Mexicano lo consolide como uno de sus instrumentos para alcanzar la cuarta transformación y para poner al país en el concierto mundial del desarrollo científico. 
     
    El nombramiento de la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, como Directora General, es ejemplo de ese tipo de decisiones que celebra la comunidad científica nacional y los sectores que tienen interdependencia directa con el Conacyt. Su formación y trayectoria no están a debate; es una investigadora experimentada y de alta calidad; conocedora del área y de sus actores.
     
    Seguramente Edith y David Alexir son personas con sus derechos a salvo para aspirar legítimamente a una posición en el gobierno, pero sus perfiles están muy lejos de lo que en ellas se necesita. La experiencia “de campo” en ambos casos, por extensa que sea, no pudo ser tomada como razón para darles esa responsabilidad, porque ahí se necesita formación sólida.
     
    Afortunadamente hubo quien lo detectara y lo denunciara como inaceptable. Más tardó en saberse que en corregirse. Las instrucciones del Presidente López Obrador fueron sustituírlos con personas de perfil adecuado y trayectoria coincidente con su responsabilidad; como debió ser de inicio. 
     
    Quedan de esto muchos aprendizajes positivos. Para quienes están en el gobierno, debe quedar muy claro que la sociedad está atenta a lo que se está haciendo y que está dispuesta a exigir congruencia; que sus decisiones tienen que ceñirse al cumplimiento del reclamo social y no a pretensiones individuales o grupales, alejadas de éste. 
     
    Para la sociedad en general queda claro que ya la resignación a las decisiones del gobierno deja de ser opción y que al reclamar encontrará escucha activa en el Presidente; que la voluntad popular tiene mucho más peso ahora que en el pasado y que si deseamos que sea útil para desarrollar al país, tenemos que aprender a ejercerla con responsabilidad. 
     
    El caso del recorte presupuestal para estancias infantiles es un asunto socialmente sensible y materia fértil para manipular emociones. En muchos casos, las voces que han reclamado parten de información parcial y dominada por el temor (p.ej. perder empleo). 
     
    La (des) información vertida a raudales es que se van a cerrar las estancias y que se van a dejar en desamparo a los beneficiarios actuales (se dice a las niñas y los niños porque son población más sensible), con la intención de manipular políticamente a las madres y padres implicados. 
     
    Siendo las estancias infantiles un medio para proteger y estimular el desarrollo sano de las niñas y los niños en la infancia temprana, al mismo tiempo que un apoyo valioso para sus madres y padres mientras trabajan, no pueden desaparecer y eso lo ha dejado muy claro el Presidente. En las conferencias matutinas de varios días de la semana ha señalado que el sistema con que se habían venido dando estos servicios necesita ser reestructurado y conectado de manera eficiente con la estrategia general educativa y de salud.
     
    Según sus expresiones, el desvío de recursos por simulación de servicios y por corrupción en las asignaciones presupuestales directas a las estancias, estaba haciendo al sistema costoso e ineficiente. Con casos de estancias que no operaban, pero recibían financiamiento y otras que reportaban el doble de niñas y niños, de los que realmente atendían. 
     
    La definición que el gobierno dice haber tomado es, en principio, no solo sostener todas las estancias que se ofrecen a través de los sistemas IMSS e ISSSTE, sino buscar su cualificación y crecimiento. En relación con las de tipo Cendi y otras de apoyo solidario, lo que se decidió fue ya no entregar los recursos a las instituciones, de manera directa, sino dárselos a los beneficiarios de ellas.
     
    Es decir, otorgar a los padres y madres directamente el dinero que antes se había estado entregando a las instituciones. Esto, con el propósito de eficientar los recursos que se asignen, evitando desvíos y dar oportunidad a las madres y padres para que libremente decidan si mantienen a sus hijas, o hijos, en la estancia en que los tenían, o lo cambian.
     
    Si es una decisión ruda, como otras que se han estado tomando, pero prometen mejora. Los particulares que han estado al frente de las concesiones Cendi ahora tienen que asegurar que los servicios que ofrecen a sus “clientes” sean motivo para conservarlos. 
     
    Todo mientras se define el nuevo sistema de estancias que, al parecer formará parte de una política general educativa, consistente con las que se han delineado también en el renglón de salud y bienestar.
     
    Son momentos de cambio y seguramente habrá constantes decisiones de gobierno que vale la pena conocer con detalle, antes de evaluar. Lo interesante es que estamos entrando en una era en la que el gobierno da muestras de voluntad para hacer las cosas en dirección de mayor justicia social. De nuestra parte tenemos que ir afinando las formas de participación, que aseguren para todas y todos prosperidad cierta. ¿O usted qué opina?
     
    @ambrociomojardi;  amojardin@gmail.com 

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