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"OBSERVATORIO"

"Jesús Estrada y Diputados, cara a cara. El Congreso: solapar o desenmascarar"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    A los diputados del Grupo Parlamentario del Movimiento Regeneración Nacional les corresponderá hoy colocarse una venda o una lupa en los ojos al tener enfrente al Alcalde Jesús Estrada Ferreiro, el del estilo desparpajado y el humor agrio que a 15 días de cumplir el primer año en el cargo decepciona a los cualiacanenses que esperaban que la Cuarta Transformación pariera a un líder que estuviera a ras de estadista.

    Lo que salga de esta comparecencia tendrá bastante que ver con la sucesión en el Gobierno de Sinaloa dentro de 20 meses. Estrada Ferreiro arriesga poco porque está descartado en el futuro electoral de Morena, sin embargo, cualquier barrunto de solapamiento a sus irregularidades hará crecer la ola de desaprobación que baña al Alcalde, para arrasar también con las esperanzas depositadas en la 4T.

    Lo que tasará la sociedad es la voluntad de la 63 Legislatura local por acostumbrar a los servidores públicos a que respondan por sus actos cuando estos tienen consecuencias irreparables para los gobernados. Más aún si se trata de autoridades rebeldes a la constitucionalidad, que consideran que los contrapesos sirven para jugar a la tranca palanca y dejar abajo siempre a quienes reclaman gobiernos eficientes.

    Estrada Ferreiro no ve al órgano parlamentario como la instancia que puede obligarlo a rendir cuentas. En la experiencia que él tiene del ejercicio del poder es más la fuerza que le puede aportar un Presidente de la República amigo, que la notoriedad que le daría el hecho de ser transparente, políticamente correcto o tolerante a la crítica. Su modo de ser, les guste o no a sus adversarios, nadie se lo va a cambiar.

    Pero hay cuestiones que sí le pueden corregir las instituciones y una de ellas es la apatía frente a la agenda social de primer orden. A ningún ciudadano, sea del partido que sea o tenga el carácter que tenga, se le da un cargo público para el lucimiento personal; se le pone en el gobierno para que dé respuestas a las necesidades propias de comunidades que arrastran olvidos y agravios sistemáticos.
    Está de moda que los gobernantes pongan en entredicho las facultades que el Poder Legislativo tiene para llamarlos a rendir cuentas. Antes, con el viejo PRI, acudir a las asambleas legislativas significaba la glorificación con parlamentos sumisos y zalameros, así como rituales de ensalzamiento que creían pecaminoso incomodar al poderoso. Ahora eluden a como pueden los llamados a comparecer porque, al menos eso creen, van a ser sometidos a rigurosos exámenes de aptitud para el desempeño de la función pública.
    Y sí. El Congreso del Estado tiene que funcionar como la asamblea del pueblo que encarrile a los Alcaldes en el esfuerzo, honestidad, racionalidad y sensatez al llevar la riendas de administraciones municipales cuyos ciudadanos necesitan eficiencia y no ineptitudes. Ese será el rol que la bancada de Morena deba cumplir ante un gobernante de los suyos: que esté a la altura de la expectativa que generó la llegada de un partido de izquierda al gobierno de Culiacán.
    Alrededor de los diputados existen evidencias sobradas para evaluar a Estrada Ferreiro más allá del motivo para el cual lo “invitan” a comparecer, que es la muerte de una joven arrastrada por las corrientes de las lluvias hacia una alcantarilla en mal estado, que el Ayuntamiento no reparó por negligencia. Además de ese evento doloroso, Culiacán también flota a la deriva en el caudaloso río de impericias que lo jala a la alcantarilla de las oportunidades perdidas.
    El crecimiento de los delitos del orden común debido a la falta de políticas policiales de prevención, el envejecimiento del espacio urbano porque la Comuna no realiza el mantenimiento y la restauración, la discordia que asoma detrás de cada declaración que formula el Alcalde y la desaparición del oficio político con miras a la reconciliación están a la vista de todos y en detrimento del todo.
    Podría ser que, a diferencia de Manuel Guillermo Chapman Moreno en Ahome o Luis Guillermo Benítez Torres en Mazatlán, el Alcalde de Culiacán esté más distante de la posibilidad de que el Congreso del Estado le instaure juicio político, pero es Estrada Ferreiro el que mayor riesgo electoral significa para Morena cuando en 2021 quiera tomar todo el control de las instituciones de Sinaloa y los electores, en castigo, le nieguen el sufragio.
    De ese tamaño es el dilema de la fracción legislativa mayoritaria de Morena en el Congreso. Encubrir para simular que en Culiacán todo está bien, o desenmascarar las ineptitudes con tal de iniciar la labor de emboquillado en las fisuras de desencanto.

     

    Reverso

    No olvide Alcalde el detalle,
    De al Congreso montonero,
    Preguntarle si quiere dinero,
    Para que la crítica se calle.

     

    Mariscos y sueños

    Y mientras en Mazatlán Luis Guillermo Benítez Torres sigue cabalgando en la fantasía de ser candidato a Gobernador solo porque le pagó a Andrés Manuel López Obrador unos mariscos en “El Cuchupetas”, en la visita que el Presidente hizo el viernes a Villa Unión, el Congreso postergó hasta el 11 de noviembre la comparecencia del Alcalde de Mazatlán tal vez operando para que se diluya un poco la exigencia de juicio político a “El Químico”, a la cual se suman más sectores, y ponerlo a salvo no vaya siendo verdad que sea es el “caballo” que AMLO engorda para 2021.

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