"La cacería no cesa"

Empezaba la tarde de ese 15 de mayo de 2017 y los noticieros daban cuenta del asesinato del periodista y escritor Javier Valdez Cárdenas, una cubeta de agua fría cayó sobre los comunicadores de Sinaloa.

Ese mismo día fue asesinado Jonathan Rodríguez, reportero de Jalisco, cuando un grupo de hombres armados atacó el vehículo en el que viajaba con su madre. Se convertía en el séptimo periodista asesinado en 2017.

Unos días antes, el 23 de marzo habían asesinado a la periodista Miroslava Breach Velducea, en Chihuahua. Por sus posiciones críticas, la periodista era considerada “incómoda” para el poder de su estado natal.

Y otra vez, en día 15, pero en marzo de este año, asesinan a otro periodista en México.

El periodista Santiago Barroso Alfaro fue asesinado a balazos la noche del viernes en San Luis Río Colorado, Sonora, en su propia casa.

En su último programa de radio, el comunicador denunció a un traficante de inmigrantes indocumentados, que días antes había logrado cruzar a 12 personas centroamericanas.

En que lo va del nuevo Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, se habla de siete asesinatos de periodistas, en agresiones violentas y ataques armados.

Esta cifra alarma pues, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se registraron 86 asesinatos de periodistas en todo el país y durante la gestión de Enrique Peña Nieto se contabilizan 40 muertes violentas de comunicadores.

¿Podrá la cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador frenar esta cacería contra uno de los pilares garantes de la transparencia?

El Presidente en su discurso enfatiza el combate a la corrupción, si levanta la vista todas las mañanas de la semana en sus conferencias, verá que frente a él tiene más aliados que opositores contra su cruzada.

Ya no pueden seguir cayendo quienes a diario aporrean el teclado y toman el micrófono para denunciar a quienes perjudican a los ciudadanos, sean delincuentes o funcionarios.

¿Hasta cuándo?