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"Opinión"

"La Coparmex quiere un candidato"

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23/08/2019

    Arturo Santamaría Gómez

    santamar24@hotmail.com

    A la Coparmex nunca le han gustado los gobiernos con rasgos regulacionistas, ni siquiera el de Andrés Manuel López Obrador que aplica casi al pie de la letra la cartilla neoliberal, llamada Consenso de Washington. El neoliberalismo asistencialista de AMLO, que tiene rasgos de similitud con lo que Joshep Stiglitz, Premio NobeL de Economía, llama “capitalismo progresista”, no es del agrado de del organismo patronal y ya propone un plan político de nación al que llama “Alternativa por México”.

    A pesar de que el gobierno de López Obrador ha cedido todo ante Trump en política migratoria con tal de mantener un acuerdo de libre comercio entre los tres países de América del Norte. A pesar de que AMLO no ha creado nuevos impuestos. A pesar de ser un gobierno austero como manda la doctrina neoliberal. A pesar de lograr una baja inflación, como lo exige el decálogo neoliberal. A pesar de mantener la autonomía del Banco Central (en nuestro caso, Banco de México), como lo exige la misma cartilla. A pesar de que AMLO ha reducido significativamente el gasto público en gasto corriente y en inversión pública, como gusta la doctrina neoliberal, la Coparmex no está contenta.

    Y es que la política económica amloniana, que el economista mexicano Rolando Cordera llama el “estancamiento estabilizador” -por aquello de que el inquilino de Palacio Nacional dice inspirarse en la doctrina del “crecimiento estabilizador” de Antonio Ortiz Mena, Secretario de Hacienda entre 1958 y 1970, pero que en el primer semestre del actual gobierno ha sido de estancamiento- no ha hecho crecer sustancialmente la economía mexicana, ni el capital de las empresas afiliadas al organismo patronal, ni su confianza para invertir.

    El objetivo general del plan de la Coparmex es “construir una propuesta alternativa para el futuro de México, en la que a través de líderes capaces y con un compromiso de largo plazo se dirija el País hacia su pleno desarrollo, defendiendo la libertad, la democracia, el estado de Derecho, la economía de mercado, la globalidad y la responsabilidad social”.

    El presidente nacional de este organismo, Gustavo de Hoyos, fue un activo opositor a la campaña de López Obrador y ahora lo sigue siendo ya siendo Presidente de la República el político tabasqueño. En esto no hay novedad. La Coparmex se opondrá siempre a un gobierno que no sea neoliberal químicamente puro, pero al margen de ello le provocan gran desconfianza las políticas que en prácticamente todos los campos ha adoptado el líder de Morena.

    Sin embargo, lo más relevante del posicionamiento de la Coparmex es su objetivo real para 2024: quiere a uno de los suyos o uno muy cercano a ellos en la Presidencia de la República. Nadie se los puede prohibir, pero el organismo niega que ese sea su objetivo a mediano plazo.

    Gustavo de Hoyos, en su reciente visita a Mazatlán, rechazó que él tenga interés en ser candidato presidencial (aunque en una entrevista concedida a la revista Proceso en junio pasado declaró que quería seguir participando en la vida pública del País. No sabía desde dónde lo iba a hacer, pero ni “se encartaba ni se descartaba” para ser candidato), negó que la gira que iniciaron en Sinaloa tenga fines propagandísticos, de apoyo a una fuerza política o busque crear un nuevo partido político. Claro, si lo reconociera habría empezado mal porque cuando se hace política no se revelan tan rápidamente las metas que se pretenden. Y no lo hizo porque Gustavo de Hoyos, como individuo, y la Coparmex, como organización, tienen una amplia experiencia política.

    Gustavo de Hoyos sabe que Morena puede llegar muy desgastado en 2024, incluso antes: en 2021. También sabe que el PAN, sobre todo con su actual dirigencia, no hay capacidad política para recuperarse a nivel nacional en 2024, y menos en el PRI, el más quebrantado de los tres principales partidos.

    Ante ese posible escenario, Coparmex con el movimiento que empieza a construir busca “capacitar y formar a los líderes más destacados, regionales y locales, a fin de que se conviertan en agentes ciudadanos de cambio con las habilidades necesarias para inspirar, dirigir y transformar”. Aunado a esa tarea, pretenden “acompañar a los agentes ciudadanos de cambio en un proyecto de Nación de largo plazo generando desde la ciudadanía, que impulse una agenda pública de mayor incidencia con propuestas alternativas que favorezcan el plan de desarrollo de México”.

    Estos agentes ciudadanos de cambio, lo sabe muy bien Gustavo de Hoyos Walther, no podrían limitarse a actuar en el campo civil si es que quieren un cambio como el que Coparmex y su plan desean. Nadie puede proponerse un “proyecto de Nación” sin poder político. Algunos de esos agentes, ustedes lo pueden apostar, serían propuestos como candidatos a puestos de elección popular a través del PAN, PRI, Movimiento Ciudadano o cualquier partido que acepte sus condiciones y agenda. Con institutos políticos ayunos de líderes creíbles, Coparmex está viendo un panorama en que ellos los pueden proporcionar. Y, apuesten también, a que Gustavo de Hoyos tiene serias posibilidades, sobre todo si les cuaja su plan, de ser invitado como “candidato ciudadano” por cualquiera de los partidos mencionados en 2024.

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