"La cuarta del siglo"

Hace 19 años hubo una transición en la Presidencia de México, por primera vez asumía un Presidente que no era emanado del otrora poderoso y hegemónico Partido Revolucionario Institucional.

Por iniciar el siglo y la nación entraba en una época inédita, un respiro con lo que se creía un gran cambio al sacar de Palacio Nacional al partido que usa los colores patrios.

Hubo cambio, no la gran transformación que se esperaba, la visión del Presidente del primer sexenio del siglo era muy parecida a la forma de gobernar de los derrotados.

Y le sucedió una administración también surgida del sempiterno partido opositor, Acción Nacional, una administración que si bien no dejó la gran huella de escándalos de corrupción, como la que se despidió el sábado, sí dejó una estela de muerte debido a una absurda guerra contra los cárteles de la droga que no empezó con lo primordial, depurar al gobierno de personas ligadas a los grupos criminales.

Y eso le tapizó el camino a Palacio al tricolor, que tomó el poder y abusó de él hasta provocar el hartazgo de la población, incluso, y principalmente los jóvenes, que son considerados apáticos de la política, se volvieron acérrimos críticos del gobierno.

Este lunes inicia formalmente la administración federal que se le ha llamado la Cuarta Transformación, inicia con buenos números de aceptación, con un gran respaldo ciudadano y con un gran poder político.

Quizá no sea la gran transformación, sí es la cuarta administración en lo que va del siglo. Si la gestión del saliente Enrique Peña Nieto fue criticada, evidenciada y repudiada en todas las plataformas posibles, ésta entrante será muy vigilada, tanto por los simpatizantes que esperan cumplimiento a todos los compromisos que hizo el ahora Presidente constitucional, como y muy puntualmente, por sus opositores que fueron avasallados en las elecciones del 1 de julio.

No es sano esperar que fracase este gobierno, es la nación lo que está en riesgo, la oposición es muy saludable y necesaria, las piedras en el camino no constituyen un aporte al bien del país.