"La economía de AMLO"

Finalmente se dieron a conocer los elementos principales de la política económica del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sorprendió por su conservadurismo, su cautela y su propensión a no asustar a nadie.

Eran tantos los miedos que provocaba la sola idea de que la izquierda tomara decisiones económicas, que no faltaba el que nos imaginaba como la nueva Venezuela, donde se suben los salarios por decreto y cada dos o tres meses.

Pues nada de eso, el aumento al salario mínimo resultó apenas satisfactorio para los trabajadores y no asustó a ningún empresario, por lo que AMLO y su equipo respiraron a gusto.

La realidad es que el salario mínimo oficial de 88.36 pesos diarios era algo así como una referencia que casi nadie obedecía y subirlo a 102.68 pesos tampoco afectará demasiado a los sueldos de la mayoría de los mexicanos.

Los cambios importantes se encuentran en el flujo del presupuesto de egresos, que engordará en los programas que harán llegar dinero a los pobres y enflacará donde los funcionarios de antaño tenían para dar y repartir.

Por supuesto, no podemos evitar el tufo a clientelismo político, ya que será el mismo Andrés Manuel López Obrador y sus superdelegados los que se encargarán de que el dinero llegue directamente a las capas sociales más desfavorecidas.

A Sinaloa no le ha ido muy bien con la nueva política económica anunciada, primero por el anuncio que restará miles de millones de pesos al campo y después por la raquítica asignación de 250 millones de pesos para la Presa Santa María.

Después de las promesas de campaña, a su paso por Sinaloa, esperábamos que algunos de los grandes proyectos se hicieran realidad, pero parece que el Tren Maya y las refinerías se llevaron el grueso del presupuesto.

Toca esperar al siguiente año, para ver si López Obrador decide voltear a Sinaloa y hacer realidad alguno de sus proyectos.