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"Opinión"

"La independencia, esa historia desconocida"

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09/09/2017

    Cuauhtémoc Celaya Corella

    Hay ocasiones en que es necesario hacer una fiesta para olvidar la realidad, o sentirse alegres para recuperar la propia autoestima y creer que viene un cambio que dará un vuelco a los propósitos buscados. Cuando la realidad golpea, vale invertir para dar un manotazo y cambiar de actitud.
     
    Me parece que cuando el Gobierno nos habla de fiestas patrias, se está burlando de la historia, de los héroes y de la sociedad. Debería Inge, cambiársele de nombre a estos eventos. Nada de desfiles, ni noches de gritos, menos fiestas con artistas en donde tiene que invertirse lo que no se tiene, o continuar hipotecando un futuro social que los gobernantes en turno no pagarán, y que sólo sirve en algunos casos para cubrir su sinvergüenza actitud al frente de su responsabilidad.
     
    Primero, los héroes, gracias al Gobierno, han ido pasando a la zona del  olvido en la memoria y en la conciencia ciudadana. Al Padre de la Patria, las nuevas generaciones no lo sienten como tal, a los del grupo independiente, ni por asomo estudian su trayectoria y menos les interesa saber qué hicieron y qué rol jugaron en esto. Decir que fueron los héroes que nos dieron Patria y Libertad, se desdibuja en el colectivo porque a decir verdad, la Patria parece más territorio del vecino país del norte, y la Libertad, como principio de identidad y garantía constitucional, ha quedado gracias a la inseguridad, la violencia y la delincuencia, como un recuerdo que tal vez fue cierto.
     
    Con tanto Gobernador que salió corrupto e incapaz para gobernar a una sociedad en el pasado reciente, con tantas muestras de corrupción declaradas y conflictos de interés, con organismos que derrochan millones y mala atención en los derechos de salud y educación que merece la población, con incrementos de precios a los insumos básicos, una inflación que se eleva y hace que el ama de casa exprese “que caro está todo”, sectores desprotegidos, y con una nueva generación de políticos, que como las segundas ediciones de libros, son corregidos y aumentados en conductas de abuso y aprovechamiento de condiciones, ¿Qué puede festejar la Patria?
     
    ¿Para qué acarrear gente al zócalo a que grite lo que no siente, para disfrute y nutrición del ego de quien ondea la bandera? ¿Para qué pagar a artistas, dinero que se está necesitando en obra social ante tanta necesidad, y con deudas no pagadas de anteriores administraciones? ¿Para qué tener una fiesta cuando son tiempos de peso para las familias y para los ciudadanos, que siguen siendo mejores mexicanos, pero que ya no pueden redoblar esfuerzos, apretarse el cinturón y llevar el peso de la corrupción como una cruz para alcanzar ningún paraíso? Párenle políticos.
     
    Lo que deberían hacer todos los políticos en algún cargo actualmente, es ir al altar de la Patria, y confesarle a dos sacerdotes que ahí están, sus pecados y sus peculados, sus abusos y sus patrimonios, llevar a sus juniors y señoras, las legales y las ilegales y vaciar ahí sus injustas conductas contra quienes nada les han hecho, más que haber votado por algunos de ellos. Ahí se van a encontrar al cura Miguel Hidalgo, es alto y calvo, y a un ladito está el cura José María Morelos. No creo alcancen absolución.
     
    Vayan priistas, panistas, verdistas, morenistas, perredistas, panalistas, petistas, naranjistas. Fórmense, uno por uno, como vayan llegando, vayan los que gobiernan las provincias, lleven a quienes sustituyeron y a sus cómplices, inviten a los corruptos de los sindicatos. Seguro Inge, que si lo hicieran, en ese altar llamado de la Patria, habría más gente que cuando la selección gana un partido en el mundial, y van los ciudadanos a festejarlo.
     
    Ha habido otras situaciones políticas o económicas peores, que la que se vive actualmente, pero nunca alguna había encontrado el encono social tan elevado y la esperanza de cambio tan lejana, como ahora. El México del Gobierno, no es el México real que ven los mexicanos. Sobre todo el de la violencia cotidiana de las áreas urbanas y la falta de sensibilidad para contenerla. No hay dinero es el escudo, mientras el dinero fluye como el agua en un río crecido hacia los partidos.
     
    Ese será el reto para quien tome las riendas el 1 de diciembre de 2018. Entonces, con una Patria a la que le hemos fallado, ¿Por qué se le quiere contentar con unas fiestas para la memoria cívica? Si hubiera vergüenza política, debiera suspenderse el festejo nocturno, y conformarse con un discurso, porque el viva Hidalgo, Morelos, Allende, Aldama y los otros héroes anónimos de la independencia, no cabe en generaciones de mexicanos que los desconocen, pues son nombres que se aprenden en la escuela, y  rostros que se ven en algún billete, pero no hombres que estén en el corazón de los mexicanos.
     
    La historia de la lucha de independencia, bien puede ser ahora la historia desconocida para las generaciones de los nuevos mexicanos.
     

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