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"Opinión"

"La influencia de la masonería en la Independencia de México"

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ENTRE COLUMNAS

    La independencia de México que conmemoramos cada mes de septiembre fue uno de los acontecimientos más importantes en la vida política de nuestro País. Ésta se dio en el periodo mundial conocido como la Ilustración; movimiento cultural, intelectual y político ocurrido desde mediados del Siglo XVIII, hasta inicios del XIX. Fue en un principio en Francia e Inglaterra donde dejaban atrás la ignorancia y el absolutismo, y en su lugar germinaron las ideas modernas de libertad, igualdad y laicidad, que rápidamente se extendieron al resto del mundo.

    En ese contexto mundial es que nace la Orden de la Francmasonería. En realidad, no hay evidencia histórica de las primeras logias masónicas especulativas (simbólicas), pero una fecha referencia es la del 24 de junio de 1717, cuando se forma la Primer Gran Logia de Londres, en la que se unificaban cuatro logias de esa ciudad formando la primera potencia o autoridad formalmente estructurada.
    Éstas al principio no constituían centros de conspiración, ni comités ideológicos, sino que eran, en primer lugar, puntos de encuentro, áreas de discusión y centros de comunicación; sitios de contactos personales para intercambio de ideas y de escritos, lugares donde se lanzaban y se transmitían las ideas de la Ilustración. Se trataba en un inicio, de aristócratas e intelectuales de la época.
    Mediante su estructura de redes, las logias masónicas rápidamente se extendieron en Europa, y América. Y con ellas, se propagaron las ideas revolucionarias que influirían en movimientos sociales como la revolución francesa (1789), cuyo lema oficial era “Liberte, Egalité, Fraternité” (Libertad, Igualdad y Fraternidad); los mismos principios torales de la masonería desde sus inicios.
    En el continente americano no fue la excepción, en las entonces trece colonias, las logias fueron el foco de la insurrección contra la dominación británica en 1776, gracias a su capacidad para compartir ideas libres y de conspirar. Existieron en esos años logias en cada una de las trece colonias. No se sabe con exactitud cuál fue la más antigua de todas, sobre lo cual aún hay un debate histórico, pero se sabe que 18 de los 56 firmantes de la declaración de independencia eran iniciados. También aquí, los principios de Libertad e Igualdad, quedaron plasmados en ella.
    En Sudamérica Francisco de Miranda con sus logias “Lautaro”, tuvo entre sus más prominentes aprendices a Simón Bolívar, quien impulsaría las independencias de Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia entre los años 1819 y 1830.
    En el caso de México, José María Mateos, uno de los pocos investigadores de la masonería de esa época, en su libro “Historia de la masonería en México desde 1806 hasta 1884” escribe que ésta llegó al México colonial, en la segunda mitad del Siglo XVIII, de la mano de inmigrantes franceses asentados en la capital, quienes serían acusados y condenados posteriormente por la Inquisición católica.
    El historiador Gabriel Torres Puga, plantea que fueron aquellos masones franceses los precursores ideológicos de la independencia, o parte de una conspiración antimonárquica, y que trasmitieron sus ideas a través de las logias de la época a los insurgentes que se enfilaron en la Orden, entre los que figuraban Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende y Vicente Guerrero.
    Para la historiadora de la Universidad de California, María Eugenia Vázquez Semadeni, las fuentes no permiten afirmar la existencia de logias masónicas en México a inicios del siglo XIX, sin embargo, reconoce la posibilidad de algún tipo de trabajo masónico no registrado debido a la naturaleza de sus reuniones, que por lo general no dejaban rastro escrito.
    Y es que la tradición histórica de los masones de actuar en la clandestinidad, no permite rastrar documentos de esa época, pues efectuaban sus reuniones al amparo de la noche y empleaban una escritura cifrada para comunicarse entre ellos, ya que no podían darse a conocer en la sociedad civil, pues eran perseguidos por la Inquisición. Pero entre la poca historia escrita se encuentra el libro de Lucas Alamán, “Historia de Méjico” (1852), donde aseguró que antes de la llegada de las tropas expedicionarias, la masonería ya existía en Nueva España con pocos individuos que vivían y trabajaban ocultos, entre los que se hallaba el español Felipe Martínez de Aragón.
    En conclusión, las fuentes y el contexto histórico no permiten comprobar con documentos la participación de las logias masónicas en la insurrección mexicana, dada la clandestinidad de sus reuniones. Sin embargo, por las ideas revolucionarias de la ilustración que se transmitían a través de las logias masónicas, y que inspiraron las revoluciones de países vecinos, no hay duda que tuvieron una importante influencia ideológica en los precursores de nuestra independencia.
    Es cuanto….
    * Consejero Consultivo de la CEDH de Sinaloa
    **Doctor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa

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