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"Tierra Nuestra"

"La Investigación agrícola en caída libre"

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    Rosa María Gómez Garza, participó en el foro de competitividad del 23 de noviembre de 2018, presentando su ponencia sobre el trinomio Investigación, semilla y transferencia.  Ingeniero agrónomo, egresada de la Antonio Narro, desarrolló la variedad de garbanzo más exitosa en la historia de México, con premios y reconocimientos al desarrollo de variedades de garbanzo; el Blanco Sinaloa 92, que tuvo una gran penetración en el mercado internacional desde su registro en 1992 a la fecha. Tuvo la visión de desarrollar una variedad que destacara por su color blanco, su mayor tamaño y su razonable cochura. Esta ha sido la variedad estrella en el mercado internacional por muchos años; ha tenido tanto éxito que los hindúes se la llevaron a la India y la reproducen compitiendo con la exportación mexicana de garbanzo. Aunque sin llegar a la calidad de la mexicana, por lo que la venden como garbanzo “tipo Blanco Sinaloa”. Afortunadamente, no han logrado con la misma variedad la competitividad para desplazar la variedad mexicana, que de hecho tiene más aceptación y mejor precio que la misma variedad de la India.
     
    Con conocimiento de causa, Rosa María reconoce que a la fecha toda la semilla disponible - realmente grano comercial con mucha mezcla de otras variedades más tardías, muy ramificadas y con la flor y el grano en la parte superior de las ramas, totalmente diferentes a la variedad Blanco Sinaloa 92, en cuanto a estructura y madurez.
     
    Es difícil predecir cuánto tiempo continuará su vigencia. Ya hay variedades de garbanzo desarrollado en Estados Unidos, que están orientados a un mercado muy específico: el envasado en frascos de vidrio, con un tamaño no tan grande como el mexicano; por la calidad de la variedad y orientado a un segmento específico de mercado, ya han capturado el 50 por ciento del mercado español, antes exclusivo de México.
     
    Reconoce sin tapujos Rosa María que “la investigación agrícola va en caída libre en México”. Lo que presagia un futuro nada prometedor para la exportación de garbanzo.  La investigación agrícola es una actividad permanente que requiere continuar desarrollando nuevos productos para los nuevos tiempos.
     
    La investigación agrícola en México, desde la década de los 60s, reporta Rosa María en el foro de competitividad, tuvo su auge con la formación del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), hoy Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). El que ha sido base del desarrollo y potencial de esta actividad. Sus investigaciones en los diversos cultivos, se ha caracterizado por su enfoque de aplicación. La formación de genotipos de los diversos cultivos adaptados a esta región fue su éxito; entre ellos, frijol, garbanzo, trigo, sorgo, arroz, cártamo, maíz, girasol, ajonjolí y hortalizas como los más importantes. Algunos de estos cultivos actualmente están fuera del patrón de siembras y de cultivos investigados en Sinaloa por el INIFAP. 
     
    La falta de apoyo gubernamental a este Instituto, trajo como efecto entre otros muchos, que el enfoque de transferencia como prioridad, no ha sido exitoso y con el tiempo se desdibujó la continuidad de formación de nuevos genotipos que resuelvan los problemas que se presentaron en este tiempo, así resultó el “Monocultivo del maíz”, que en alto porcentaje se desarrolla con semillas e insumos de compañías extranjeras; ello propició este efecto; estos hechos, se encargaron de desdibujar por muchos años y hasta el presente, los logros de esta Institución; el resto de cultivos disminuyeron su importancia para el Estado al no tener fundamento en nuevos diseños de planeación de las instituciones relacionadas con ellos y dejaron de coadyuvar para lograr en ellos rentabilidad.
     
    Se presume de apoyo a la investigación, pero ésta, se enfocó a acciones de muy corto plazo que en muchas ocasiones los resultados quedaban truncados como informaciones parciales, generalmente realizados para generación de currículos de maestrías y doctorado. Todo este panorama desdibujó la generación de alimentos como acción básica para el crecimiento de los agricultores y sólo se ve abundancia en las empresas trasnacionales y algunas locales apapachadas por el Gobierno, que fueron las que crecieron al ser favorecidas por los recursos aportados para el Desarrollo del Gobierno Federal. En general la riqueza generada de esta forma, va a parar a otros países, aquí, sólo queda la explotación de la tierra con manejo de suelo y medio ambiente destruido, ganancias y empleos con muy bajo pago y sobrevivencia en calidad paupérrima de los productores y con frecuencia, lo que les dan por ellos a veces no vale ni la cosecha.
     
    Para Rosa María “El conocimiento es poder: así los productores se apropian del conocimiento, no sólo del Qué y el Cómo; sino también del Porqué y Para Qué, de cada acción en el proceso de producción, para lograr autonomía en la toma de decisiones. Antes de iniciar cruzamientos, aconseja Rosa María, se requiere la selección de progenitores: es el proceso teórico-práctico más importante, para conocer las características positivas que esperamos, de cada material genético con los que se cuenta. Es lamentable que alguien cuyo trabajo haya aportado a la agricultura muchos millones de dólares, como Rosa María, nunca hubo un reconocimiento y por qué no, un estímulo económico a su desempeño, durante su trabajo en INIFAP. 
     
     

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