"La política en la explosión"

La desafortunada explosión en un ducto de Pemex, en Tlahuelilpan, Hidalgo, se convirtió en la primera tragedia de la campaña del Presidente  Andrés Manuel López Obrador en contra del robo de combustible.

El accidente no es otra cosa que una tragedia anunciada, algo que se veía venir y que simplemente no había ocurrido antes por una cuestión del azar, pero había miles de personas en riesgo y en algún momento iba a ocurrir.

En los meses anteriores habían ocurrido varios incidentes relacionados con el huachicoleo, incluso en Sinaloa se detectaron algunos incendios y explosiones relacionados con el manejo de combustibles de dudosa procedencia, pero nada de la magnitud que ocurrió en Hidalgo.

Ayer por la noche la cifra de muertos llegó a los 85, muchos de ellos ni siquiera han podido ser identificados, debido a la magnitud de los daños recibidos.

Inmediatamente después de ocurrido el accidente, algunos se le fueron a la yugular a AMLO, responsabilizándolo de la pérdida de vidas, una actitud que no abona a la solución de nuestros problemas y si a la politización del suceso.

Espanta la actitud de nuestra sociedad, cuesta entender que las personas arriesguen su vida para acercarse a un río de combustible, pero también nos demuestra hasta donde nos hemos ido acostumbrando a vivir en una sociedad donde delinquir es algo que forma parte de nuestra vida diaria.

Antes de que escucháramos simplemente la palabra “huachicol”, comenzamos a escuchar que la gente en las colonias ya compraba gasolina y diesel barato, sin que nadie hiciera nada por detenerlos.

Primero dejamos crecer el problema y después nos asustan los efectos que tienen los actos delictivos en nuestra vida cotidiana.

Robar combustible no es muy diferente de contrabandear zapatos o mariguana, al final delinquir en cualquiera de sus formas termina en el territorio de la violencia.

 

 Y quedan... ¿tablas?

Ni para uno, ni para los otros, o como dijera el chistorete, “cero grados: ni frío, ni calor”.

Al parecer, después de tantos dimes y diretes y el estira y afloja entre autoridades de Gobierno del Estado y el Legislativo, el viernes fue anunciada la reasignación del presupuesto. 

La cifra reasignada para el Presupuesto de Egresos de 2019 en Sinaloa, es de 800 millones 762 mil pesos y no de mil 663 millones de pesos que originalmente había planteado la mayoría de Morena.

El anuncio fue hecho en el Congreso del Estado, por la Diputada  Graciela Domínguez Nava, presidenta de la Junta de Coordinación Política; el Secretario de Administración y Finanzas del Gobierno del Estado,  Carlos Ortega Carricarte; y el Secretario General de Gobierno,  Gonzalo Gómez Flores.

La nueva cifra, según informó Ortega Carricarte, privilegió sectores de salud, educación, campo y personas vulnerables, y se dejó fuera la mayoría de la obra pública, pues para esto buscarán gestionar recursos federales y otros esquemas.

Eso sí, después de todo lo que se echaron en cara, las dos partes casi se felicitaron así mismos por la extraordinaria negociación que se aventaron.

Domínguez Nava insistió en que los diputados siempre van a trabajar en los deseos e intereses y reclamos de la sociedad, y que el Congreso y al Poder Ejecutivo pudieron demostrar que pueden llegar a acuerdos.

¿Qué les costaba ponerse a dialogar y explicar lo que había que explicar y dejar el desgaste de lado?

Hasta un niño sabe que no se puede tener todo en la vida y que para merecer algo hay que sacrificar otra cosa.

 

Y los ‘sacrificados’

Y como no hay Himno Nacional sin el desgarre de algunas gargantas, siempre había que sacrificar algo, o a alguien, y fueron los recursos que habían sido reasignados con beneficio al Poder Judicial y la Universidad Autónoma de Sinaloa, a los que le metieron tijera.

En el proyecto, que por cierto se prevé votar en la sesión de mañana martes, se le “retiran” 166 millones al Supremo Tribunal de Justicia y 20 millones a la Universidad Autónoma de Sinaloa, como parte de las reasignaciones.

Ya nos imaginamos el lagrimero que saldrá de los edificios del Supremo Tribunal y no se diga de la Rectoría.

En el sacrificio, el Supremo Tribunal de Justicia, al cual terminaron retirando 166 de los 175 millones de pesos que le había asignado la mayoría de Morena. Pero se le dará un “extra” de sólo 9 millones de pesos, adicionales a la propuesta original,

Y a la UAS que tenía las posibilidades de recibir 150 millones de pesos más, ahora se prevén hacerle llegar únicamente 30 millones de pesos “extras”.

No pierden porque son recursos que se les estaban dando adicionales con las reasignaciones y aunque fueron las instituciones más sacrificadas, les tocará lo de flojitos y cooperando.

Esperamos que esta semana quede por fin terminada esta telenovela, y que tengamos Presupuesto para 2019.

 

Con olor a viejo

Las cifras alegres que presentó el Secretario de Seguridad Pública de Mazatlán,  Ricardo Olivo Cruz, el pasado jueves 17 de enero, del Operativo Guadalupe-Reyes, que se implementó del 12 de diciembre de 2018 al 15 de enero de 2019, nadie se las cree.

Se le olvidó reconocer 14 muertos, al parecer las cifras fueron, de nuevo, maquilladas por el personal de la secretaría. 

En ese periodo vacacional hubo en Mazatlán al menos ocho homicidios dolosos y seis muertos en accidentes viales, pero Olivo Cruz los omitió en su reporte en la Sala de Cabildo.

Su argumento fue de risa: dijo que la misión de la SSPM a su cargo es netamente preventiva y que las cifras de muertos eran de la Fiscalía del Estado, y que un cuerpo sin signos vitales escapa completamente a su competencia.

De seguro, Olivo Cruz se contagió del personal de prensa, que todavía huele a  Pucheta y a  Bouciéguez, y que se coló en este nuevo Gobierno de Morena, pues son expertos en maquillar cifras. 

Ahí hay focos rojos.