|
"Opinión"

"La propuesta: perdón, sin olvido"

""
17/08/2018

    Rafael Morgan Ríos

    Todos los analistas políticos coinciden en que uno de los problemas más graves que enfrentará el nuevo gobierno federal es el de la inseguridad, el enfrentar con eficiencia y eficacia a la delincuencia organizada, al narcotráfico internacional y a la creciente delincuencia común. Pero ya el Presidente electo tiene la gran solución, diferente a la que decidió Felipe Calderón, quien decía que su gobierno tenía tres opciones: 1. No atender el problema y dejar que siguiera; 2. Hacer acuerdo con algunos de los grupos delictivos y sólo perseguir a los otros y 3. Enfrentar a esa delincuencia organizada; el Presidente Calderón se decidió por la tercera, si bien la enfermedad ya estaba muy avanzada y requirió casi cinco años de lucha que costó vidas, dolor y recursos, pero que ya en el último año las estadísticas estaban mostrando un declive sostenido en los delitos.
     
    Por su parte, el Presidente Peña Nieto aplicó la cuarta vía, la que le recomendaron consejeros colombianos, a saber: armar al pueblo para que se enfrentara a los delincuentes, así nacieron los llamados “autodefensas”, que luego se volvieron contra las autoridades o se convirtieron a su vez en delincuentes.
     
    La quinta vía del próximo gobierno federal es la del “Perdón, pero no olvido”, misma que conviene analizar:
     
    El Estado no puede, no debe perdonar a nadie que haya violado la ley, pues es su responsabilidad aplicar la ley, garantizar el Estado de Derecho; en algunos casos, como se ha visto, puede apoyar y resarcir a las víctimas, como un reconocimiento a su deficiencia en la protección de los ciudadanos. Perdonar delitos, máxime si ya fueron juzgados, confesados o bien en proceso de juicio, es violar la ley y la autoridad se convierte en reo por abstención o por corrupción.
     
    Además, habría que preguntarse de cuándo a cuándo sería ese perdón, ¿de lo pasado?, ¿de lo presente en un “borrón y cuenta nueva”? o ¿también incluiría los delitos del futuro?
     
    Se ha tratado de explicar que “habría perdón, pero no olvido”, pero “olvidarse” es “hacerse de la vista gorda”, además, ¿qué significa ese olvido frente a la ley y frente a las víctimas y sus familias?, porque, lo más seguro es que ellos no olvidarán jamás el asesinato, el secuestro, la violación o cualquier delito que haya trastornado su vida.
     
    Por otro lado, hay que darse cuenta de que en México existe de facto un perdón constante de ciertos delitos, lo que ha llevado a una impunidad tan grave que ha sido factor precisamente para el fracaso de las políticas públicas de seguridad; es un “perdón” no escrito pero que todos los días se ve:
     
    1. Los campesinos que siembran mariguana o amapola y al ser sorprendidos por los soldados y los policías, cuando mucho se les aplica una paliza o se queman los sembrados y se les deja en libertad para que vuelvan a sembrar en cuanto consiguen financiamiento. En años anteriores se encarcelaba a estos campesinos, pero eran tantos que no cabían en las cárceles, además, se estimó que eran los menos culpables y lo hacían por su pobreza. Este “perdón” no ha disminuido la siembra de estupefacientes y si en algún lugar pareciera que así es, se debe al cambio hacia las drogas sintéticas que también procesan los campesinos.
     
    2. En la organización de la delincuencia del narcotráfico están los llamados “punteros” o “halcones” y los “narcomenuderos” que venden drogas en las calles, parques y escuelas. También a estos, se les descubre, se aprenden, se les da “una calentada” y en dos o tres días ya están otra vez vendiendo y pervirtiendo a niños y jóvenes; esos delincuentes perdonados no sólo son ahora menos, sino que han proliferado en todas las comunidades.
     
    3. Y qué se dice de los llamados “huachicoleros”, los que roban millones de pesos en gasolinas y ahora hasta gas L.P., todo lo cual se considera un delito federal. Según Pemex, en 10 años fueron detectados 38 mil 994 tomas clandestinas, pero sólo en 2017 se detectaron 10 mil 363 tomas en 23 estados, aunque solo se denunciaron 6 mil 281 y las pérdidas económicas alcanzaron 30 mil millones de pesos; aunque se aumentaron las penas en prisión y económicas, sólo se han procesado menos de mil de esas denuncias. Es decir, existe el perdón, pues poblaciones enteras se dedican a esto y hasta abren “expendios” públicos para vender las gasolinas, pues ya no se ve como un delito. La impunidad es también una forma de perdón o bien, el perdón es otra forma de impunidad que agrava el problema de la inseguridad en México. El perdón no es ni ha sido nunca una solución.
     
     

     

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!