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"Opinión"

"La Síndico y sus inhabilitaciones"

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    La inhabilitación por cinco años de los ex presidentes municipales Alejandro Higuera y Carlos Felton es a primera vista una buena noticia para los mazatlecos.

    Ambos políticos panistas han sido señalados por presuntos actos de corrupción en el desempeño de sus labores administrativas.

    En el primer caso por la Auditoría Superior de la Federación por no haber entregado cuentas satisfactorias del dinero entregado para realizar un dragado del Estero del Infiernillo y que podría alcanzar varias decenas de millones de pesos –el periodista Mario Martini que investigó especialmente la administración de Carlos Felton señala en su muro de Facebook que alcanza los 115 millones de pesos; mientras en el caso de Felton éste ha sido mencionado de haber incurrido en dos actos potencialmente corruptos: El arrendamiento de vehículos en lugar de comprar, y la remodelación del Parque “Martiniano Carvajal”.

    Sin embargo, no es por ninguno de estos presuntos delitos por los que hoy estos políticos se encuentran en entredicho, sino por las obras mal hechas del tiburonario, que habrían provocado pérdidas por más de 75 millones de pesos al patrimonio municipal.

    Lourdes Sarabia, la Síndico Procurador del Gobierno municipal, viéndolo con optimismo busca lavar la cara a una figura institucional desaliñada, pues luego de más de 10 años de su creación los ciudadanos poco o nada sabíamos de su lucha contra la corrupción.

    Simplemente se volvió una suerte de otro regidor del partido ganador de las elecciones, o sea no era, y ya veremos si es, un verdadero contrapeso ciudadano o un salvaguarda de los bienes municipales, como lo marca la ley.

    En el documento que la funcionaria municipal hizo público para inhabilitar a Higuera y Felton señala cuestiones graves que habla del descuido con que se construyó la obra emblemática para nuestra ciudad.

    Menciona, por ejemplo, que en ninguna etapa se acreditó haber expedido anuencias y/o licencias correspondientes; tampoco se acreditó haber cumplido la supervisión y la correcta ejecución de la obran; ni existe memoria de cálculo estructural, como tampoco proyectos de instalaciones o proyecto ejecutivo del tiburonario, aunque no deja de reconocer que de acuerdo a la investigación técnica realizada por una empresa estadounidense, “que el acrílico colapsado presentaba una fisura originada por un elemento dentado, sin precisar qué tipo de herramienta”.

    O sea, a primera vista se reconoce una combinación de errores de diseño, instrumentación, supervisión y el marrazo irresponsable que exhibió la dimensión de esta cadena de negligencias y corruptelas, que de haber “tronado” un día cualquiera de visitas al Acuario, hubiera costado seguramente vidas de personas que estuvieron en el lugar y el momento equivocado.

    Afortunadamente no ocurrió y ahora sólo se sigue el caso por la vía administrativa, pero agrega la funcionaria: “si derivado de la investigación se encuentran conductas e indicios de que pudo haberse cometido algún delito del fuero común o federal, esta representación debe presentar la denuncia” ante la instancia correspondiente. O sea, la penal.

    Una primera duda que aparece en este asunto es que, habiendo cuatro administraciones municipales involucradas en el proyecto, la denuncia sólo se centra en las de Higuera y Felton. Acaso no debería encauzarse también a la de los priistas López Sánchez y la de Pucheta, que alguna responsabilidad deben tener más allá de que My Lai Quintero se haya separado de la Dirección del Acuario.

    Sí, porque en junio de 2010 fue cuando se inicia oficialmente la construcción del tiburonario, y Jorge Abel era Alcalde y toda construcción se empieza con un proyecto que debió pasar por las manos de los responsables del área de obras públicas de esa administración. Justo una de las debilidades que exhibe la Síndico Procurador. Sé que Jorge Abel ha salido al paso diciendo que su gobierno nada tuvo que ver porque eran recursos de la Federación y ellos sólo facilitaron los trámites.

    Igualmente, es el caso de Fernando Pucheta, que si bien le toca la parte final del proyecto que terminó en el colapso, fue por la estupidez de su funcionaria de mandar a golpear con un metal dentado el acrílico.

    O sea, la Síndico Procurador a la vista actúa parcialmente, y en forma política, eso debilita su postura institucional y sus pesquisas, abre una avenida política que espero equivocarme podría terminar blindando, al menos mediáticamente, a los responsable de este daño al patrimonio municipal.

    Escribo estas notas antes de la conferencia de prensa que brindarán Higuera y Felton, a los que separan sus ambiciones, y ahora curiosamente los unen estos señalamientos duros, pero no hay que pensar mucho para saber lo que dirán a los medios.

    Hablarán de “persecución, venganza, revanchismo, injusticia, interés de sacarlos del proceso electoral en curso, etc.”. Lo que ya dicen hasta sus detractores. Muy poco habrán de señalar de sus responsabilidades políticas en esta obra. Hablarán de humo buscando enturbiar el ambiente y repartir responsabilidades.

    Y es que así son las primeras lecturas. Toda decisión política tiene consecuencias y en este caso hay que dar perspectiva en los bloques que se han formado para la contienda presidencial, el Frente que integran el PAN, PRD y MC, y muy probablemente el PAS, será en Sinaloa muy competitivo y podrá disputar con posibilidades de éxito la fórmula de mayoría al Senado y diputaciones federales, incluso, en las elecciones concurrentes de repetirse los números del año pasado que se dieron en forma separada, pero ahora estos partidos sumados podrían cambiar radicalmente la distribución del poder.

    Entonces, el gobierno priista podría estar moviendo los hilos para debilitar más la imagen de estos panistas malovistas, y esta lucha legítima contra la corrupción y la negligencia toma otro cariz porque a Higuera y a Felton los podría volver mártires, y eso seguramente lo sabrán aprovechar en su beneficio desplegando toda una campaña en contra del “PRI corrupto, que ya se tiene qué ir”.

    En definitiva, la inhabilitación que sin duda es una buena noticia, como antes sucedió con los funcionarios malovistas, pero en estas jugadas políticas el remedio puede ser más costoso que la enfermedad.

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