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"Opinión"

"La transa frente al estilo AMLO"

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15/03/2019

    Arturo Santamaría Gómez

    santamar24@hotmail.com

     

    Ya saben ustedes que el estilo AMLO de comunicación es directo, a veces rijoso y directo al pecho. En Sinaloa eso no nos debería de extrañar, es nuestro pan de cada día. Bueno, pues hace pocos días el Presidente López Obrador vuelve a soltar una información tronante relacionada a Sinaloa en una de sus conferencias mañaneras. 

     

    En Mazatlán pocos, o quizá nadie, al menos públicamente, hizo mayor ruido cuando se dijo en 2007 que la propiedad donde se construiría el CIP-Playa Espíritu le había costado a Fonatur, 120 millones de dólares (a un cambio aproximado de 10 pesos por dólar).

     

    En Escuinapa, en cambio, taxistas, comerciantes, agricultores e incluso profesores y estudiantes universitarios, me comentaron que se había pagado una cantidad que los terrenos no merecían. Y sabían de lo que hablaban. Estaban enterados de que el mismo Antonio Toledo Corro, el antiguo dueño del rancho Las Cabras, es decir, la propiedad que había adquirido Fonatur, había vendido poco tiempo antes a la familia Bedoya varias decenas de hectáreas de la misma propiedad por un precio muy inferior. En la actualidad esos terrenos están sembrados de variedades de chiles para la exportación.

     

    Pero no es lo mismo hacer negocios con particulares que con funcionarios de gobierno. El  famoso “Tigre”, Antonio Toledo Corro, sí que sabía de esos menesteres, y por lo mismo, el hijo de don Natividad elevó sustancialmente el precio de su propiedad. Él sabía que Fonatur le pagaría el precio que solicitara.

     

    Una fuente muy bien informada no hace mucho me comentó que el costo incluía la promesa de un moche a un alto funcionario de Fonatur más que considerable. La tajada no se concretó porque El Tigre también era un zorro y los dejó con un palmo de narices. Les dijo algo como: “pues si quieren, denúncienme y digan que les iba a dar una mochada”. 

     

    Pero, además del estratosférico precio, lo más grave es que los terrenos no eran aptos para un proyecto de turismo al estilo de los CIP tradicionales como los que anunció Felipe Calderón, aunque eso no era responsabilidad del colmilludo ex Gobernador. El entonces Presidente anunció al Centro Integralmente Integrado de Escuinapa como el mayor en la historia de México porque tendría más hoteles que Cancún. 

     

    El plan no tenía ni pies ni cabeza, Fonatur  había actuado irresponsablemente porque, para empezar, adquirió una propiedad sin llevar a cabo un estudio de impacto ambiental. Anunciaban un proyecto gigantesco sin saber qué condiciones naturales había para llevarlo a cabo, y se ignoraban los estudios que ya en todo el mundo recomendaban reducir las dimensiones de nuevos desarrollos turísticos.

     

    La burda transa inevitablemente llevó a que el trasnochado proyecto no se llevara a cabo, a pesar de una posterior inversión en infraestructura urbana de dos mil millones de pesos más.

     

    No obstante, el Presidente López Obrador se equivoca cuando dice que en las playas de Escuinapa no hay posibilidades de un desarrollo turístico; incluso cae en una contradicción cuando en su reciente visita a estas tierras habló de que los empresarios del Grupo Vidanta se habían comprometido a invertir ahí. Una pregunta elemental es: si no hay condiciones para un nuevo destino vacacional no puede uno creer que inversionistas de ese calibre se comprometieran para meterle dinero a algo que no tiene futuro.

     

    A pesar de lo anteriormente dicho, en el CIP-Playa Espíritu, y en todo el sur de Sinaloa, sí hay posibilidades, y muchas, para un nuevo paradigma turístico, el cual necesariamente tiene que ser verdaderamente sostenible, y para serlo, tiene que preservar sus enormes riquezas naturales. Un CIP de nuevo tipo tendría que ser plenamente ecológico donde no cabe el gigantismo hotelero, ni toneladas de acero y concreto, ni tampoco el turismo de masas. 

     

    Al parecer, a AMLO no le han presentado una nueva idea a impulsar en Escuinapa o no le  ha parecido suficientemente convincente para que su gobierno la respalde. Así que le corresponde a los escuinapenses y al Gobierno de Sinaloa presentarle a la Sectur y a la Presidencia de la República una propuesta bien pensada y consensada para que el CIP-Playa Espíritu no quede en el olvido y continúe el cada vez mayor rezago de los municipios sureños de Sinaloa. Lamentablemente, el Gobernador Quirino Ordaz no parece interesado en defender la viabilidad de un desarrollo turístico de nuevo tipo para Sinaloa porque declaró que ese dinero mejor se hubiese destinado a Mazatlán.

     

    Ya no es posible que se siga engañando al pueblo mexicano, y particularmente al sinaloense, con negocios truculentos e infames. Andrés Manuel López Obrador nos ofrece edificar un México distinto, alejado de la corrupción y la ineficiencia, así que debemos tomarle la palabra y poner manos a la obra. Pero habrá que decirle al presidente que sí habrá futuro para Escuinapa si él y Miguel Torruco se convencen de que es plenamente viable un nuevo paradigma de desarrollo turístico sostenible de sol y playa en las costas de Sinaloa.

     

    Posdata

    ¿Cuántos priistas disfrazados de morenistas ganaron las elecciones para síndicos en las pasadas elecciones comisariales? ¿Se estará cumpliendo el pronóstico de que el priismo sobrevivirá reencarnado en el cuerpo moreno? 

    Por otro lado: ¿Cuántos panistas más se seguirán incorporando al gobierno del Químico Benítez? Si a nivel federal se habla de una alianza priamor, en Mazatlán hay un amasiato panmoreno.

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