Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
Las muy especiales circunstancias en que se encuentra el mundo empresarial de hoy, que ha “estirado” al máximo su capacidad de sobrevivencia, no sólo en lo individual, sino aún como sistema de organización económica, están conduciendo a la revisión de sus principios de eficiencia, resultados, costos, recursos, liderazgo, competencia, competitividad, innovación y, especialmente, en cuanto al recurso humano.
Revisando algunos textos del gran “genio” de la administración empresarial, Peter Ferdinand Drucker, principalmente su libro La Gerencia Efectiva y algunos de sus artículos publicados en la revista Harvard Business Review como “La Disciplina de la Innovación” y “La Teoría del Negocio”, se pueden encontrar ideas y enseñanzas que tienen una aplicación ante las actuales circunstancias, cuando muchos empresarios, grandes o pequeños, se preguntan ¿cómo enfrentar un futuro, hoy más que nunca, indefinible e incierto?
He aquí algunas ideas de Peter F. Drucker que pudieran dar algún rumbo:
“La empresa actual debe transformarse en una empresa diferente para un futuro diferente”.
“Se debe identificar y comprender su potencial y debe dotarse de eficacia”, y esto debe realizarse en un mismo momento, es decir, hoy.
Para que una empresa sobreviva y tenga éxito, debe contar con un recurso especial que es “el conocimiento, con el que una empresa pueda distinguirse y producir algo que tenga valor en el mercado”.
Sostiene Drucker que: “Los resultados se logran mediante la explotación de las oportunidades, no por la resolución de los problemas, pues “todo lo que puede esperarse de la resolución de un problema es el retorno a la normalidad”; por lo tanto, para que los recursos puedan producir resultados, deben asignarse a oportunidades, más que a problemas.
Es tarea del ejecutivo dirigir a la empresa hacia las oportunidades, a crear un liderazgo en un mercado y luchar contra la tendencia hacia la mediocridad; esto es la aplicación del “famoso teorema de Schumpeter, los beneficios provienen únicamente de la ventaja del innovador y desaparecen cuando la innovación se vuelve rutina”.
“Siempre es inútil restaurar ‘la normalidad’ que es la realidad de ayer. La tarea consiste en cambiar la empresa, su comportamiento, sus actitudes, sus expectativas, tanto como sus productos, mercados y fuentes de distribución, para adecuarse a las nuevas realidades”.
Por todo lo anterior se sostiene que es necesario conocer realmente “el negocio” para dedicar los recursos al 10 o 20 por ciento de los eventos que son los que producen resultados, pues es común que los recursos y esfuerzos se asignen al 90 por ciento de los eventos que no producen resultados. Los productos o servicios que son “el orgullo personal del dueño o del administrador” ejercen presión a que se atiendan, sean productivos o no”. “La concentración es la clave”; los ejecutivos deben concentrar sus esfuerzos en el menor número de productos, servicios, mercados, objetivos o canales de distribución que producirán los mayores ingresos. Actualmente existe una auténtica revolución en los canales de distribución, sea por internet, por redes, a domicilio, por correo, etc. La empresa que mejor aprenda a aprovecharlo tendrá éxito en su mercado.
Según Drucker, “ningún otro principio de efectividad se viola tan constantemente como el principio básico de la concentración”. La máxima parece ser “hagamos de todo un poco”, por consiguiente, se toman enormes recursos de personal, sin concentrarse suficientemente en ningún sector” y menos en aquellos más productivos.
“Tanto el mercado como el canal distribuidor, con frecuencia son más importantes que el producto o el servicio”. “Los mercados y los canales distribuidores existen independientemente de cualquier producto”. Ellos son primarios, el producto es secundario.
En una economía moderna los canales de distribución cambian velozmente. “No conozco una decisión referente a los canales de distribución que no sea obsoleta cinco años más tarde”.
La innovación es la función específica del emprendimiento, es el medio a través del cual se crean nuevos recursos generadores de riqueza o dota a los existentes de un mayor potencial para crearla. La mayoría de las ideas innovadoras provienen de alguna de las siguientes áreas de oportunidad: acontecimientos inesperados, incongruencias, cambios de mercados y demográficos, cambios de percepción o de nuevos conocimientos.
Estas ideas tal vez logren inspirar a empresarios chicos o grandes para enfrentar las nuevas circunstancias sociales y de mercado.
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