"Las pensiones, la bomba futura"

Una noticia del día resaltó un tema que parece olvidado para la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, el de la reforma que nunca llegó: la del sistema de pensiones en México.

 

Es un tema complejo y delicado que alborotó aún más la petición de nuestro multimillonario mediático, Carlos Slim, al pedir que la jubilación sea a los 75 años de edad.

 

El asunto es que nos enfrentamos a un problema que crece todos los días, como una inmensa burbuja que seguramente estallará en cualquier momento y que tiene a los trabajadores como las principales víctimas.

 

En los últimos años, el gasto en pensiones se ha disparado de una manera dramática en México, debido a la politización del sistema. 

 

La llegada de la pensión universal, llamada “60 y más” o “70 y más” no es otra cosa que un síntoma del problema generalizado de una clase trabajadora que llegó a la vejez sin alguna forma de pensión.

 

El problema es tan grave que la implementación de este tipo de pensiones tuvo tanto éxito que cambió la manera de hacer política en el País.

 

De ser un invento criticado por el peligro que implica para las finanzas públicas, pasó a ser la panacea para los políticos, no hay lugar en México donde no se hable de algún tipo de pensión universal, el problema es saber cuánto tiempo aguantarán las finanzas este tipo de pensión sin fundamento económico o laboral.

 

Del otro lado están las pensiones de los trabajadores reales, cada vez más raquíticas, tramposas y que lo único que garantizan es una vejez en la miseria.

 

Hoy, México se enfrenta a dos problemas graves en materia de pensiones, por un lado un ejército de trabajadores con exiguas pensiones y por otro lado la distribución de pensiones universales que contribuyen más a la captación electoral que a una verdadera asistencia social.