"Las razones de Rosy"

Cuando vemos las obras que construyen los funcionarios públicos estamos lejos de entender las razones que los llevan a realizar tal o cual proyecto, la distancia entre ellos y la ciudadanía generalmente impide conocer de cerca sus motivaciones.

La reflexión viene a cuento por el reciente Segundo Informe de  Rosy Fuentes, presidenta de DIF estatal, y esposa del Gobernador  Quirino Ordaz Coppel, donde pudimos conocer un resumen de su trabajo frente a la dependencia de asistencia social.

Su trabajo ha permitido que Sinaloa hoy cuente con algunos centros especializados en temas de salud: el  Centro de Autismo, los centros de  Rehabilitación Física Integral y espacios dedicados a los débiles visuales, entre otros.

Los institutos creados por Fuentes son de primer orden, contienen equipo y personal especializado que permitirá mejorar las condiciones de vida de muchos sinaloenses, son edificios complejos y para llegar a ellos hay mucho trabajo detrás, y mucho dinero, recursos que en gran parte vinieron de la federación.

Pero volvamos a nuestra interrogante, ¿qué motivó a Rosy Fuentes a luchar por construir estos centros médicos en Sinaloa?

 

Sus preocupaciones

El centro para tratar a personas con autismo, generalmente niños, tiene un espacio especial en las preocupaciones de Rosy Fuentes.

Madre de familia, la  Presidenta del DIF vivió en carne propia los efectos del autismo, cuando se le diagnosticó este padecimiento a una de sus sobrinas.

Acompañó a su hermana por los pasillos de instituciones y hospitales hasta entender el especial mundo del autismo, que aparece en los niños cuando comienzan a crecer, incluso después de haber tenido una primera infancia sin síntomas.

El autismo es una enfermedad difícil de tratar cuando no hay un buen diagnóstico y más difícil de enfrentar cuando no existen los especialistas y los centros apropiados para tratar a los pacientes. 

Después de vivir la experiencia, Fuentes aprendió a detectar a los niños con autismo, y cuando tuvo la oportunidad de recorrer Sinaloa para pedir el voto en favor de Quirino Ordaz Coppel, su marido, se sorprendió de la enorme cantidad de niños con ese padecimiento.

Esos recorridos la convencieron de la necesidad de construir un centro para tratar el autismo en Sinaloa.  

  

El accidente en casa

Y si hablamos de los centros de rehabilitación física que  Rosy Fuentes ha conseguido construir en  Mazatlán, Culiacán y remodelar en  Los Mochis, hablamos de otra de sus preocupaciones personales. 

En el 2003,  Quirino Ordaz Coppel tomó una moto acuática en Mazatlán y se adentró en el mar, una ola lo encaró de frente y lo embistió, el jet sky se elevó en el aire y cuando cayó de golpe, sentado sobre el aparato, supo que se había lastimado la espalda.

Cuando consiguieron llevarlo al hospital, Ordaz Coppel no sabía si volvería a caminar, la preocupación le provocó una parálisis facial y hundió a la familia completa en una larga caminata en busca de la rehabilitación.

Durante meses, Rosy Fuentes acompañó al futuro Gobernador a las instalaciones de rehabilitación física en Mazatlán y comprendió las necesidades de miles de sinaloenses. Hoy sus preocupaciones se han convertido en la salvación de miles de personas.

 

El suicidio cultural

Cualquier Alcalde de Mazatlán entiende que el éxito o el fracaso de su administración pasa por organizar un buen Carnaval… menos  Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres. 

Empeñado en dejar en claro que él mandaba destituyó a una de las direcciones más exitosas de la cultura y el arte en Mazatlán y ahora paga las consecuencias, con el agravante de que los mazatlecos deben de soportar su fracaso.

A dos semanas de iniciar el Carnaval más importante de México, el  Instituto de Turismo, Arte y Cultura del puerto camina descabezado, desgarrado por pleitos y mitotes internos, y presumiendo su mal gusto y su incapacidad en el escenario natural en el que se ha convertido el malecón.

Incluso, el propio “Químico” ha dejado en claro que no le gusta lo que se está produciendo la gente a la que encomendó el arte del puerto.

Un día sí y otro también se habla del despido del director del instituto,  Óscar Blancarte, y a cada momento debe salir el Alcalde a decir que sigue en el puesto.

El Carnaval todavía no comienza y los problemas se amontonan, como una enorme montaña de basura que podría caernos encima el día de la fiesta.   

 

¿Y la austeridad?

Una de las premisas de campaña de los candidatos de Morena fue la austeridad, incluso una de las razones del Alcalde  Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres para cambiar a la anterior dirección del Instituto de Cultura fue el gasto que implicaba, pero resulta que ahora su administración ha comenzado a gastar.

Para empezar, el director del instituto,  Óscar Blancarte, reveló ayer que habían gastado más de 60 mil pesos en cada uno de los  monigotes que no gustaron a nadie, aunque fuentes internas aseguran que cada uno de los adefesios costó más de 80 mil pesos.

El costo de algunas carrozas también se ha disparado, cuando en años pasados costaban un promedio de 85 mil pesos, hoy según algunos trabajadores de Cultura, se alistan a pagar hasta 10 veces esa cifra por algunos de los carros alegóricos.

Los números se guardan bajo total hermetismo, pero con el tiempo saldrán a la luz y los dolores de cabeza continuarán atormentando a un “Químico” que se niega aceptar sus errores.

Además del gasto sin control que comienza apreciarse en los preparativos del Carnaval, el derroche está condenando al resto del trabajo artístico de la ciudad.

Si se gastan todos los recursos en la fiesta de la carne, no quedará nada que ofrecer el resto del año.