Editorial
Ayer, los ministros de la Suprema Corte de la Nación avalaron los artículos de la Constitución de la Ciudad de México sobre el derecho de los ciudadanos al uso medicinal de la mariguana.
La medida es importante por muchas razones, el hecho de que una ley forme parte de la Constitución de la Ciudad de México, generalmente indica que las constituciones de los estados la adoptarán como tal.
Es una de las principales puertas para que un proyecto de ley encuentre el camino para formar parte de nuestra jurisprudencia, aunque siempre hay excepciones y los estados pueden o no adoptarla.
Para muestra tenemos los matrimonios igualitarios, adoptados por los capitalinos y la mayoría de los estados de la República, pero rechazados en estados como Sinaloa, aunque haya sido nada más como producto de una guerra interna en el Congreso local.
El aval legal al uso de la mariguana como remedio medicinal no se debe de traducir como una despenalización del uso del enervante, pero sí un paso más hacia esa dirección.
Se espera que la llegada al poder de un partido de izquierda, como Morena, y liderado por un Presidente que le gusta presumir de liberal, haga realidad la despenalización de la mariguana.
La despenalización del uso de la mariguana en México difícilmente resolverá nuestros problemas de adicciones o lo más grave, nuestros problemas de inseguridad, pero se plantea como un nuevo camino en busca de soluciones que no se han encontrado con estrategias de confrontación y castigo.
Estados Unidos, origen de la estrategia de la prohibición del uso de la mariguana la despenaliza a plazos acelerados, estado por estado, mientras México mantiene una estrategia punitiva y violenta en contra de su producción, trasiego y consumo.
Sin embargo, nada ha funcionado, lo único que hemos conseguido son miles de muertos y una sociedad corrompida hasta el tuétano, es tiempo de una nueva estrategia.
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