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"Opinión"

"Matan menos, roban más"

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    jesusrojasriver@gmail.com

    Los números en Sinaloa marcan una mejora en la incidencia delictiva, debemos reconocer que en general, la seguridad pública reporta significativos avances. Y no es un elogio menor, las autoridades han enfocado esfuerzos y ha logrado una coordinación efectiva en las corporaciones policiacas. En el estado la incidencia delictiva en cuatro delitos va a la baja; el homicidio se redujo en un 28 por ciento, el robo de vehículos bajó un 17 por ciento, el robo a bancos marca tendencia a la baja en un 32 por ciento, así como el secuestro en un 35 por ciento. Sinaloa por primera vez en muchos años camina contra la tendencia nacional, en donde el homicidio aumentó en más de un 15 por ciento en México. Tristemente para el País, la violencia en este inicio de sexenio escaló a niveles alarmantes en donde antes se respiraba paz.
    La disminución de los homicidios dolosos ha sido un tema de amplio debate entre las autoridades y organismos de la sociedad civil, si bien es cierto que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública reporta una disminución en las cuantificaciones, la tasa se encuentra muy por encima de la media nacional. Pero las cifras no terminan por construir una narrativa de paz para Sinaloa, hechos violentos se reportan todos los días a lo largo y ancho del estado. Hace días se abrió un debate interesante sobre la cuantificación de los desaparecidos y los cuerpos de las fosas clandestinas. “Ya no los matan en las calles, pero ahora los entierran o tiran por ahí” dicen voces entre las autodenominas “rastreadoras”.
    Y eso mismo fue lo que la Coordinación Ciudadana en voz de Ricardo Jenny del Rincón expuso en medios nacionales. “No tenemos datos sobre los cuerpos de las fosas, pero deben contabilizarse como homicidios” consideró en el marco del informe que el Subsecretario de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, presentó en Sinaloa hace unos meses.
    Están muertos pero no cuentan, son homicidios que no se expresan en las cifras oficiales. Cuerpos putrefactos que son desenterrados por varios grupos de valientes mujeres que peinan entre brechas y breñales buscando una pista para encontrar a los miles de desaparecidos que en la cifra oficial no suman.
    Contrario a los festivos números, los índices delincuenciales reportan un repunte en los robos y asaltos violentos. En Ahome durante el primer semestre de 2019 el robo de vehículos con violencia aumentó 27 por ciento, el robo a negocio un 74 por ciento y el de casa habitación un 148 por ciento, una cifra increíble que el gobierno morenista de Billy Chapman no puede contener.
    En Culiacán el robo a casa habitación aumentó en un 30 por ciento, el robo a comercio un 17 por ciento y alarmantemente el robo a transeúnte en un 131 por ciento. Por supuesto que estos números los conoce el Alcalde Estrada Ferreiro, pero él prefiere seguir discutiendo cosas absurdas y ocupándose de asuntos sin importancia. En Culiacán te asaltan en las calles y en los camiones, en los barrios y en las plazas públicas pero eso es asunto menor en la agenda de aquél hombre que se decía “experto en seguridad” durante la campaña.
    Mazatlán no se queda abajo, el robo a transeúnte se incrementó en un 4 por ciento, el robo a vehículo en un 15 por ciento, el robo de motocicleta en un 48 por ciento. Pero la cifra alarmante para el puerto es la violencia familiar que reporta un alarmante repunte de un 192 por ciento en el primer semestre del 2019. De los tres municipios más poblados, el de “El Químico” Benítez es el menos peor.
    Por estos datos es que afirmo que en Sinaloa matan menos, pero asaltan más. Las corporaciones policiacas deben enfocar sus esfuerzos en la prevención de los delitos, mientras que la Fiscalía General debe hacer su trabajo y presentar ante un juez a los responsables que encontraron en los robos violentos una alternativa a sus actividades delictivas. Por eso, cuando las autoridades presumen sus “logros”, los ciudadanos que día a día padecemos el fenómeno delincuencial los juzgamos de locos. Para no irnos tan lejos, a mí me robaron una camioneta a mano armada y ¿usted de qué delito ha sido víctima? Luego le seguimos...

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