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"Detrás de página"

"Mea culpa"

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    Noroeste explicado

     

    Si de algo estamos orgullosos en Noroeste es de nuestra comunidad de suscriptores.
    Son miles de lectores que están comprometidos con nosotros, y que pagan una cuota anual para recibir todos los días en su hogar nuestro ejemplar impreso.

    A ellos, más que a nadie, nos debemos. Son lectores fieles, entregados, comprometidos y críticos, no sólo con nosotros como medio, sino también con la comunidad, pues seguros estamos que alguien que se suscribe a un periódico es porque está interesadísimo en saber lo que sucede en el mundo y en su ciudad, y esa es la gente que se interesa por sus semejantes.

    Además de estar orgullosos, en Noroeste tenemos un contacto constante con ellos, ya lo hemos dicho antes, nos dan retroalimentación, nos cuestionan, nos critican y exigen calidad.
    Siempre ponemos atención a sus reclamos.

    Casi siempre estos reclamos o críticas se centran principalmente en dos grandes señalamientos: perciben que publicamos poca información, quieren más, y nos urgen a tener mejor calidad en la redacción y manejo de lenguaje.

    Algunos más críticos van más allá y nos cuestionan incluso publicaciones precisas.

    En las últimas semanas, por mencionar algunos ejemplos de los más recientes, recibimos mensaje de un suscriptor de Mazatlán, el señor Guillermo Trewartha, que nos cuestiona no solo la cantidad de notas, sino que nos reclama haber publicado en la sección Nacional una nota de la novia del ex Presidente Enrique Peña Nieto, donde anuncia que no se casará.

    Al suscriptor le pareció muy burda la nota como para darle espacio en Noroeste.

    Y tiene razón, coincidimos totalmente. Esa nota no debió publicarse, porque en Noroeste no damos cabida a información intrascendente de ese tipo, mucho menos en secciones como Nacional. Obviamente ese tema sería noticia si hubieran anunciado matrimonio de la pareja, pero en una sección más de farándula.

    Otro caso reciente es de un suscriptor de Culiacán, el señor David Rubio Gutiérrez, quien nos expresa su inconformidad por mala ortografía y el reflejo de la falta de cultura general en muchos de los textos. También señala que hay textos demasiado largos y aburridos, pide mayor calidad en la impresión del periódico y reclama que ya no haya Defensor del Lector.

    Ambos suscriptores señalan que hay mucha publicidad y poco contenido editorial.

    Todas y cada una de las quejas y observaciones, en cuanto nos llegan, son transmitidas a editores y personal involucrado con el proceso de elaboración de los textos y toma de decisiones.

    Nos importa mucho la opinión y valoración de nuestros suscriptores, y tratamos de atender las observaciones de la manera más rápida y mejor posible.

    Sin que suene a excusa, los medios, como todo lo realizado por humanos, estamos expuestos a cometer errores. La rapidez es nuestro verdugo, y muchas veces es lo que nos condena a errores que quedan impresos para siempre en nuestros ejemplares. Siempre estamos trabajando para disminuir el número de errores, pero sabemos que nos falta mucho por superar.

    “Los medios, como cualquier empresa humana, cometen errores. No es una novedad, ni se les debe tener muy en cuenta, dentro de ciertos límites; un periódico que yerre más que acierta no tendrá mucho futuro. Lo que sí define el carácter de un medio es el modo como se enfrenta a los errores que de seguro cometerá”, dice José Cervera, defensor de la comunidad de elDiario.es.

    Y añade: “Errar es humano, y por eso no hay actividad más humana que corregir lo errado y aprender para procurar no volver a equivocarse en el futuro”.

    Así es nuestro día a día, apresurado para conseguir, procesar y publicar la información lo más pronto posible, sin perder los estándares periodísticos, éticos y de calidad, pero con un alto margen de error, por lo cual siempre estamos listos para corregir ya sea en lo digital o en el impreso.

    Y precisamente por eso es tan importante la retroalimentación de nuestros lectores y suscriptores, que no nos permiten dormirnos en nuestros laureles, que nos jalan las orejas diariamente, ya sea por redes sociales, llamadas, cartas, en fin… que nos ayudan a estar corrigiendo, aprendiendo y tratando de mejorar.

    En el caso de la existencia del Defensor del Lector, ciertamente en Noroeste lo tuvimos durante muchos años, y actualmente ya no existe la figura como tal, pero precisamente este artículo dominical de Detrás de Página, que escribimos semanalmente desde la Redacción es con lo que hemos sustituido la figura para llevar a los lectores una explicación de cómo actuamos, decidimos y vivimos la elaboración del periódico impreso y de nuestras productos digitales.

    Y también aquí tratamos de abordar las observaciones que nos llegan, ventilarlas y llevar en ellas el aprendizaje necesario, con el agradecimiento explícito para nuestros fieles lectores, los suscriptores, baluartes invaluables para quienes todos los días hacemos periodismo.

    Gracias por exigirnos.

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