"Morena y el PRI: la mayoría y la nueva oposición"

@AdrianLopezMX  alopez@noroeste.com

 

 

La nota política de la semana la dio la rivalidad cantada entre  Morena y el  PRI en el Congreso del Estado. Era de esperarse. 

 

Morena asume ya y en toda la extensión posible su condición de mayoría absoluta y el  PRI, aunque con dolor, entiende que son la primera minoría y que, para efectos prácticos, serán la única oposición relevante en la nueva configuración política de Sinaloa. ¿Suena raro no?  El PRI como oposición.

 

Por eso no nos extrañe si vemos cómo a cada sesión las priistas hacen gala de su oficio político, sobre todo las y los más experimentados, para señalarle pifias y omisiones de técnica legislativa a los morenistas. 

 

Como hizo durante la cuarta sesión ordinaria la diputada  Gloria Himelda Félix con el Presidente de la Mesa Directiva,  César Almaral, cuando alteró el orden del día para cederle la voz a la Diputada  Karla Montero, y éste reviró equivocadamente con un reclamo personal.

 

No es la primera sesión en que la confrontación escala hasta los gritos. Cabe recordar que, contra toda su tradición protocolaria, el  PRI ya hasta tomó la tribuna. Quién los viera, diría mi abuela.

 

Otra constante durante las sesiones han sido los gritos e insultos de los ciudadanos que acuden al congreso a hacerse sentir, especialmente cuando los priistas toman la palabra. Mientras el  PRI los acusa de fungir de “huestes” de  Morena y de entorpecer el trabajo legislativo, los ciudadanos reclaman que están en su derecho. 

 

Lo cierto es que tarde o temprano el nuevo Secretario General,  José Antonio Ríos Rojo, tendrá que tomar decisiones para generar las condiciones necesarias para el trabajo legislativo. Lo que implica buscar mecanismos para que los ciudadanos que acuden con reclamos y peticiones específicas, sean atendidos por los diputados sin que esto impida el desahogo de los asuntos en el orden del día.

 

En fin, hay que asumir que estamos ante una nueva configuración política en el poder legislativo de Sinaloa:  Morena como mayoría y el  PRI como oposición. 

 

Morena empezará ahora a lidiar con la responsabilidad de ser gobierno, lo que lo obligará a sopesar y cabildear sus decisiones con tres actores: primero, sus líderes políticos ( Rocha Moya,  Imelda Castro y los diputados federales; todos con proyecto político futuro); segundo, con los grupos de interés políticos, económicos y sociales que vayan surgiendo en el camino; y tercero, con los ciudadanos que ya les hacen fila en sus oficinas y eventos para pedirles recursos y gestiones.

 

En contraparte, los priistas parecen aprender rápido y empiezan ya a capitalizar una de las principales bondades que brinda el rol de oposición: poner la agenda sin la responsabilidad de ser gobierno. 

 

Sabedores de que son minoría y que los votos no les alcanzan para mucho, se adelantaron en el sensible tema de la austeridad y propusieron primero una agenda legislativa amplia e incluyente. Prometer, pues, no empobrece... y menos con ocho diputados.

 

No puedo dejar de considerar un factor “externo” que no pinta en el organigrama formal del Congreso pero que se siente y se sentirá tres años más: el Gobernador  Quirino Ordaz. Es cierto, el  PRI es minoría, pero cuando  Sergio Jacobo habla a nombre de la coordinación de su grupo parlamentario, lo hace con la conciencia clara que detrás de su voz está el respaldo del Ejecutivo. Es decir, la mano que decide sobre el presupuesto, la seguridad y la administración pública de Sinaloa.

 

Por último, yo celebro que la gubernatura esté en manos de un partido y el legislativo en manos de otro. Ese contrapeso es necesario y sano en términos democráticos. Obligará al Gobernador  Quirino Ordaz a ser más prudente con sus decisiones y acciones el resto de su gobierno; y a  Morena a fiscalizar, vigilar y exigir desde el Congreso.

 

Que ambos,  Quirino Ordaz y  Morena jueguen su rol en favor de los sinaloenses. De lo contrario, no dudo que los ciudadanos estarán ahí, en el pleno del Congreso y a grito pelón para exigirlo.