|
"Opinión"

"No se aceleren"

""
21/07/2018

    Joel Díaz Fonseca

    La sabiduría popular es muy sabia, ha acuñado verdades de a kilo. Una de ellas es que “no hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla”, que se complementa con esta otra: “No por mucho madrugar amanece más temprano”.
     
    Las autoridades electas el 1 de julio están mostrando, en muchos casos, un aceleramiento mucho mayor que el que habíamos visto y vivido en procesos electorales en el pasado.
     
    El holgado triunfo obtenido en las urnas lo están tomando como un salvoconducto para hacer lo que se les ocurre, olvidando que quien manda es la sociedad a la que servirán a partir del momento en que tomen posesión, que solo son depositarios de la autoridad que les confirió el pueblo en las urnas.
     
    Parece que la euforia por el triunfo no les ha permitido darse cuenta de que, a grosso modo, fueron votados por apenas una tercera parte del electorado.
     
    En Mazatlán, para no ir muy lejos, el ganador de la contienda, el químico Luis Guillermo Benítez Torres, obtuvo aproximadamente 81 mil votos, de un padrón de más de 300 mil potenciales votantes. No puede asumirse como el portador de la voluntad de la sociedad mazatleca en general.
     
    Sin embargo, sin ocupar todavía la alcaldía, y sin sentarse a analizar con la sociedad mazatleca a través de las diversas organizaciones civiles la problemática del municipio, así como la viabilidad de los proyectos que trae en mente, ha hecho pronunciamientos preocupantes, que muestran una imagen muy diferente de la que mostró antes y durante su campaña por la alcaldía.
     
    Es tal el aceleramiento del químico Benítez Torres que el propio Fernando Pucheta Sánchez, que no se ha distinguido precisamente por la mesura, ya le enmendó la plana.
     
    “Tranquilo, no te aceleres”, le dijo el pasado fin de semana, recordándole que la actual administración municipal termina el 31 de octubre y que a partir de entonces podrá hacer lo que quiera.
     
    Bien por el llamado de Pucheta Sánchez a la cordura al Alcalde electo, pero no es cierto que una vez que una autoridad asume el cargo puede hacer lo que le venga en gana. Ningún gobernante puede actuar de manera discrecional, está obligado a consultar a los ciudadanos antes de tomar decisiones que puedan trastocar los avances, pocos o muchos, que se hayan logrado en el bienestar de la comunidad.
     
    A Benítez Torres se le ha cuestionado lo que ha dicho acerca del proyecto del Parque Central, dejando entrever incluso que podría suspenderlo. A principios de junio dijo en un acto de campaña que es un espacio público que se pretende privatizar, algo que ellos revertirían, de llegar a ganar la alcaldía.
     
    Afortunadamente parece que cambió su visión del citado proyecto luego de una reunión con empresarios del ramo turístico el 11 de julio, donde le presentaron todos los detalles del mismo.
     
    Por otra parte, uno de los pronunciamientos de Benítez Torres que ha generado bastante inquietud es el referente a los cambios que trae en mente en el ámbito de la cultura.
     
    Ciertamente tendrá en su momento la decisión de colocar al frente del Instituto de Cultura a la persona que considere más capaz para presidirlo, pero si pretende realizar cambios en la estructura de esta institución, que ha sido parte fundamental en el posicionamiento de Mazatlán como un destino turístico que además de sol y playa tiene una oferta cultural muy importante, no puede hacerlo a la ligera.
     
    Ha hablado de una disección del Instituto de Cultura, para separar lo que es la organización del Carnaval. Esto en sí no debe significar un problema, lo que ha provocado inquietud es lo que ha señalado en diversas ocasiones sobre la pretensión de dar preponderancia a la promoción cultural en las colonias populares.
     
    Advirtió el pasado fin de semana que la validación de las urnas le allana el camino para su proyecto de socializar la cultura.
     
    “Se buscará”, indicó, “llevar la cultura, el arte y la música a todos los sectores de Mazatlán, lo que ayudará a restaurar el tejido social y al desarrollo de la niñez y la juventud, así como prevenir la violencia”.
     
    Por supuesto que se debe garantizar el acceso de todos los sectores a la cultura, pero se debe dimensionar muy bien lo que se pretende hacer. En los últimos años se han hecho esfuerzos muy importantes en ese sentido, hay registros de cómo se han llevado obras de teatro y conciertos a diferentes asentamientos humanos y a numerosas escuelas.
     
    Hay mucho qué mejorar en esto, indudablemente, pero pensar en un “borrón y cuenta nueva” sería un error monumental.
     
     

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!