"Obras sí, ¿calidad?"

Editorial

Un proyecto de inversión en obra pública como el que ha implicado la remodelación del malecón de Mazatlán, con sus millones de pesos, requiere que asegure la calidad de lo que se está contratando.

La obra se hizo con la prisa del Tianguis Turístico celebrado en Mazatlán. Los tiempos parecían no alcanzar para terminar la obra y al final, pudo mostrarse como se quería. O eso se creía.

Aunque oficialmente aún no está terminado todo el proyecto, la obra presenta ya algunas fallas en diferentes puntos, desde los accesorios que se colocaron a lo largo del malecón como en algunas partes de la pavimentación.

Hasta ahora, el Gobierno municipal ha dicho que no va a recibir la obra hasta que no se compruebe que lo hecho es con la calidad que se requiere en el malecón de Mazatlán.

Sin embargo, no debiera tratarse de que las obras se acepten o se rechacen porque se presentan fallas. Sino que las empresas constructoras que se contraten deben garantizar que lo que hacen, realmente se está haciendo con calidad.

Las deficiencias en el proyecto se han hecho públicas porque se trata de un proyecto por demás visible, a la vista de muchos. Pero, ¿cuántas obras de las que se hacen en otros puntos de Mazatlán, o de Sinaloa, están en condiciones similares?

¿Qué tanto sabe el Gobierno sobre las deficiencias en los proyectos realizados? ¿Qué se hace con esos reportes en las fallas en las obras? ¿Por qué, a pesar de tantos años de contratarse obra pública, hay constructoras beneficiadas cuya calidad está lejos de ser la óptima?

El malecón remodelado de Mazatlán debe entregarse, y recibirse, con la mayor calidad en las obras realizadas. Pero lo mismo debe hacerse en las otras que el Gobierno está contratando. Porque no por querer hacer una mayor cantidad de proyectos se debe sacrificar la calidad, y la inversión, de los trabajos encargados.