|
"Visor Social"

"Para formar en valores se necesitan hechos, más que palabras"

""
25/05/2018

    Ambrocio Mojardín Heráldez

    Desde hace años, en nuestro estado se han impulsado diferentes programas sobre valores, con inversiones muy considerables. Llaman la atención de manera especial los que se han impulsado desde el sector educativo. ¿Han dado resultado? ¿En qué? ¿Qué tanto?
     
    Siendo positivos, algo han aportado; más en unas escuelas que en otras y en unos aspectos más que en otros. Siendo francos, los aportes han sido demasiado pobres.
     
    De ello hay evidencias. La necesidad de una ley “antibullying” (que ya se creó) es solo una; el crecimiento en embarazos tempranos, o el de las adicciones en niñas, niños y adolescentes son otras. Los programas aplicados no parecen haberlos impactado. Veamos otro ejemplo de la debilidad de esos programas.
     
    En una escuela privada de Culiacán, en medio del recreo, un profesor interviene entre dos pequeñitos de segundo grado, que parecían discutir. Uno de ellos estaba comiendo algo que había llevado de casa y se negaba a compartirlo con el otro niño, que de buena forma se lo solicitaba. El profesor, al percatarse de lo que pasaba, decidió intervenir y de forma amable abordó a los niños. 
     
    ¿Algún problema?, preguntó. Sí, respondió uno de ellos, se me antojó lo que come y le pedí un pedacito, pero no me quiere “compartir”. 
     
    El profesor se queda pensando y decide preguntar al otro niño. “¿No te gustaría darle una probadita de lo que comes? Eso sería muy bueno, recuerda que el compartir es uno de los valores que hemos visto en la escuela. ¿Recuerdas que la semana pasada lo practicamos?” 
     
    El niño le contesta “sí, pero eso fue la semana pasada, ya no cuenta. Mi mamá me lo dio y me dijo que me lo comiera todo”. Hasta ahí la anécdota. 
     
    Formar en valores es mucho más que sugerir comportamientos; es más que decir qué es bueno y cuál es el deber ser. La formación en valores es una tarea que rebasa la enseñanza y da en el centro de la convivencia; es más que dar conocimiento nuevo, es crear actitud.
     
    La anécdota lo confirma. Quizá el niño, más que negarse a compartir solo atendió las recomendaciones de su mamá, comérselo todo (demostró el valor de la obediencia). Restó peso al valor “compartir”, que se había “enseñado” la semana pasada porque quizá ya no lo veía obligatorio, había otro esa semana, por tanto no había razón de peso para hacer algo diferente a lo que estaba haciendo.  
     
    Los valores son fuentes para la regulación del comportamiento, pero tienen una profunda conexión con el sentido social de la persona. Su aprendizaje más sólido depende de comprenderlos en contexto y darles el sentido subjetivo de bienestar. La persona hace suyos los valores más por lo que vive y piensa de lo que vive, que por lo que le enseñan y exigen del deber ser.
     
    Poco ayuda que se implementen programas como una asignatura más de la escuela, o como un programa especial, “parchado” al actuar cotidiano en ella. Se necesita que ese esfuerzo tenga un contexto apropiado y congruente en las escuelas y sea reforzado decididamente desde la familia.
     
    Formar en valores es proponer con hechos nuevas formas de convivencia, donde las personas den el lugar que le toca al sí-mismo y al otro. Es reordenar la vida cotidiana de tal manera que en cada acto se refuerzan las enseñanzas.
     
    Por ello, la efectividad y trascendencia de un programa escolar de formación en valores depende del compromiso que se asuma para hacer los cambios internos necesarios y gestionar las alianzas que le confirmen congruencia. No formará en valores una planta docente con prácticas de interacción alejadas de los valores que promueven, tampoco una organización escolar que dificulta la convivencia de sus integrantes o ataca sus libertades.
     
    Es de todos conocido, que los ambientes escolares se han ido esquematizando, con el supuesto de que eso es organización y sinónimo de calidad. El profesorado ha estado siendo condicionado a “cumplir” tareas de enseñanza, más que de educación y la escuela ha sido sobrecargada de responsabilidades que le restan calidad como espacio de convivencia.
     
    La gestión educativa que le toca a la escuela con la familia se ha vuelto solo administrativa; se asume como cumplida cuando se entregan las calificaciones y se incorpora a los padres y madres de familia en celebraciones o eventos fortuitos. El profesorado, tanto como los padres y madres de familia han descuidado la comunicación entre ellos, a tal grado que difícilmente pueden ser aliados en favor de los estudiantes.
     
    Así, la escuela se ve impedida para cumplir su tarea de formar en valores. Primero, porque su dinámica interna no llega a ser la fuente que inspira lo que quiere impulsar.
     
    Segundo, porque está alejada de su principal aliada; su distancia con la familia le resta fuerza social y la reduce a un espacio de discurso.
     
    Si la escuela realmente quiere formar en valores, tiene que implantar y difundir un discurso sobre valores, acompañado de cambios internos sustanciales. Tiene que comprometer un nuevo modelo pedagógico, una nueva estructura y un dinámica cotidiana que haga natural el ejercicio de esos valores que impulsa.
     
    Además tiene que aceptar que su contacto con la familia debe rebasar la comunicación superficial que ahora tiene, para convertirla en una interlocución creativa, de la que se derivan esfuerzos verdaderamente compartidos.
     
    Los esfuerzos por la formación en valores deben multiplicarse, pero hay que superar la idea de que son una tarea escolar más y aceptarlos como oportunidad para ir haciendo cierta la idea de que la educación es un recurso para el cambio social. ¿O usted qué opina?
     
    @ambrociomojardi;  amojardin@gmail.com   

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!