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"Opinión"

"Periplo"

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    lqteran@yahoo.com.mx

    La ciudadanía, después de un largo periplo de su historia, eligió a un Presidente representativo de sus aspiraciones, con la certeza que va a detonar el desarrollo en muchos sentidos. Una serie de hechos dan certidumbre en ese propósito, pues el nuevo gobierno busca sentar las bases sólidas del bienestar y tranquilidad de las familias y la sociedad en general. Quiere también que las capas más débiles se inserten en el progreso.

    Claro, hay resistencias por parte de los que hacían su jauja en el pasado régimen de corrupción. Desde los medios que controlan han lanzado una cascada de propaganda en contra de las grandes obras que viene promoviendo el actual régimen. No quieren obras de infraestructura, ni el progreso, por eso se oponen sistemáticamente al rescate de Pemex, a la construcción de refinerías, al nuevo aeropuerto de Santa Lucía, al Tren Maya que detonará el turismo y permitirá la comunicación los dos océanos que rodean a nuestro territorio.

    La mayoría de los contras tienen un origen en común, son nostálgicos del pasado, se sienten derrotados y buscan el revanchismo. Sus denuestos son una respuesta por los intereses que les han sido afectados, por las acciones emprendidas por el nuevo gobierno contra corrupción, que se vienen aplicando con sumo rigor.

    Ese es un sector de personas que acumularon grandes fortunas a la sombra de los gobiernos del pasado, en su mayor parte gozaban de espléndidas prebendas, sus solicitudes se cumplían con amplitud, el uso patrimonial de los recursos públicos era el límite de sus deseos, así de sencillo lograban sus aviesos fines. En el presente, la oposición conservadora libra una activa batalla en contra de los cambios que realiza el actual régimen, cambios que son la médula de la actual administración pública.

    Los tiempos han cambiado sustancialmente, hay una franja minoritaria que se resiste a aceptar que su tiempo en el poder terminó, es casi imposible que regresen a gobernar, dejaron una honda huella de corrupción, difícil de olvidar por la ciudadanía; las medidas por alcanzar el mejoramiento que viene implementado el nuevo gobierno son de gran calado, la gente es inteligente y, bajo ninguna pretexto, aceptará regrese ese pasado que conoció en toda su dimensión; lo que viene impulsando el nuevo gobierno es de mucho interés para los ciudadanos, con una dinámica que no se conocía, no se puede eludir subrayarlo como algo digno de reconocerse por amplios núcleos sociales que en el pasado vivían una marginación penosa.
    Se ha dicho, con mucha razón, que el pueblo es sabio y nunca se equivoca en sus apreciaciones sobre lo que atañe a sus intereses, siempre ha marcado la pauta en ese tenor; está probada esa verdad histórica, y los políticos que pasan a la historia son quienes se preocupan en atender las necesidades de los ciudadanos. Los que le dan la espalda y se olvidan de los intereses populares están destinados a acarrear su mala fama y al olvido.

    El gobierno democrático sustenta su actividad en un principio fundamental: contar con el apoyo popular; sin ese ingrediente se sienten desolados. Confían en el pueblo y el pueblo corresponde a esa confianza, no pierden la brújula en las certezas de sus iniciativas, saben que cuentan con una base sólida y solidaria, eso está ampliamente corroborado. Los mejores gobernantes de México han sido ciudadanos con una gran raigambre entre la gente, que han confiado sin ninguna duda en la decisión de los ciudadanos. Un buen Presidente, que se propone servir a su pueblo, por lo general es un ferviente impulsor de la democracia.

    La democracia es la piedra angular en la cual se apoyan las demás libertades. Es la tierra fértil para que los ciudadanos alcancen a plenitud todos sus derechos y libertades. No hay mejor camino para el logro de los derechos plenos del hombre que la democracia; por lo mismo, la decisión del pueblo mexicano por hacerla plena se ha vuelto un fin primordial; tenemos que repetirlo cuantas veces sea necesario, tratando que los amplios núcleos sociales se involucren en su florecimiento en México.

    Lo anterior es una meta de mucha trascendencia en este País, caras luchas se han librado para que la democracia florezca en todo su esplendor en el solar de la Nación, para orgullo de los mexicanos.

     

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