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"Opinión"

"Porque lo digo yo, y el pueblo manda"

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22/06/2019

    Cuauhtémoc Celaya Corella

    celayacorella@hotmail.com

    El Presidente nuestro Inge, da una de cal y una de arena, es decir, hace como que avanza pero más bien retrocede. Te digo porque. Hace cosa de quince días, pidió que todos debiéramos de estar unidos contra los ataques del Presidente Trump contra México por el asunto de los aranceles. Lo recordarás.

    Y citó a un mitin por la dignidad y defensa del país en la ciudad fronteriza de Tijuana. Hacia allá movió a las fuerzas que le siguen y le aplauden haga lo que haga, los de su partido pues, y las otras fuerzas de alguna manera se sumaron a la defensa que encabezaba el Presidente. Como haciendo válida la estrofa del himno, dijéramos que: más si osare el extraño enemigo, que en este caso no es extraño, piensa ¡Oh Patria querida! que un soldado en cada hijo te dio. Todo muy patriótico.

    Y aunque no hubo mucha difusión sobre el mitin por la defensa de la dignidad, porque la noche del viernes, la amenaza se había diluido de momento, lo programado, se llevó a cabo. ¿Cuánto costó ese movimiento? Solo quien lo pagó sabe y no se va a decir por lealtad a la austeridad republicana. Es como una afrenta a la tesis de la austeridad republicana que pregonan, pero cuando el caudillo lo manda, el séquito obedece.

    Total, dijeron sus adalides que le obedecen y a quienes les gusta engañar con números, que había recuperado el caudillo algunos puntos que sus adversarios dicen, que perdió durante la primavera. Y si bien, se vio bien que el Presidente hablara en favor de los intereses nacionales en el caso de los aranceles que dijo impondría el de la Casa Blanca, la defensa fue “blandengue” y con más compromisos que logros.

    Pero pasado el susto, al volver a la realidad, en su recién gira por Gómez Palacio, Durango, al más puro estilo populista, que es lo que goza el de Macuspana, les dijo a los pobladores de esa zona de Durango, que el proyecto ya aprobado del metrobús, “no va”. Se refería a un proyecto de transporte público que enlazaría las ciudades de Gómez Palacio y Lerdo.

    Pero antes, durante el mitin, como es costumbre, al hablar o intentar hacerlo, el gobernador duranguense, José Rosas Aispuro Torres, fue abucheado, haciéndole callar por lo menos, dicen, durante diez minutos. Cosa que gozaba el Presidente, porque le gusta ser él, el actor del evento y no las autoridades locales. Agobiado y enojado el Gobernador reclamó los gritos y abucheos.

    Al tocarle el turno a AMLO, este hizo una encuesta a mano alzada entre los asistentes, preguntando si querían el proyecto del metrobús, a lo que los asistentes levantaron la mano en señal de no, y sonriendo el Presidente les propuso que como el recurso ya estaba asignado, se invirtiera en otra obra, a seleccionar de las siguiente: el abastecimiento de agua de la zona, o el equipamiento de un hospital. Creo que votaron por la primera idea, el agua.

    Si así toma las decisiones importantes para el progreso de las ciudades y comunidades, por qué no pidió votación para ver si se acepta el tren maya, o la refinería, o el despido de personal en muchas dependencias, o para realizar el mitin en Tijuana, cuyo costo por cierto no ha sido revelado, o bien que se voten todas las obra derivadas de ocurrencias y despropósitos que, parecieran tienen como finalidad, minar el progreso, destruir lo construido, o bien, buscar perpetuar en el atraso a quienes ni por asomo forman parte del proyecto de lo que sería la 4T.

    Así que, en cada entidad, en cada gira habrán de temerle gobernadores y presidentes municipales, porque cuando él decide que algo no deberá hacerse, de manera fácil, pidiendo que alcen la mano los que no quieran que no se haga lo que él no quiere, se manifiesten. Y con las manos levantadas, dirá: no va, lo que sí debería ir. Y que le reclamen, el pueblo manda.

    El propio Alcalde de Torreón  Jorge Zermeño Infante, dijo que, temas como el del metrobús “no pueden tratarse con gritos y sombrerazos; son temas técnicos y de desarrollo, y no de intereses particulares de unos cuantos, a quienes les pagan para gritar cuando ni siquiera se ha iniciado.

    Se refería al coro Morena, que acompaña como grupo de choque al Presidente en sus giras, con un único fin, abuchear a las autoridades locales.

    Tienen razón quienes opinan que con esta forma de gobernar y tomar decisiones, México no avanzará como se pensaba que lo haría. Y mientras, seguirán durmiendo al pueblo con que toda la culpa es de quienes dejaron el cochinero. Algo grave se teje contra el país desde los rincones de Palacio Nacional y de otros espacios. 
     


    Si fue por esto que 30 millones votaron, que se haga la voluntad del caudillo y ya se verá quién recoge los trozos de lo que quede. Por lo pronto, sigue la falta de medicamentos en el sector, la falta de mantenimiento a planteles escolares, los apoyos a la cultura y al desarrollo y la promoción económica. Aunque se apoyan otras cosas, como el beisbol.

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