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"Editorial"

"Protección necesaria"

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11/09/2018

    Editorial

     

    Este martes inició un nuevo ciclo en la vida económica de Sinaloa. Es el ciclo que se define por la pesca, el de la captura de camarón, el que define épocas, el de la abundancia o la escasez, y el que establece el rumbo de las familias que dependen de él.
     
    El camarón ha sido parte de la historia de Sinaloa, desde el norte hasta el sur. No por nada, es de las entidades que durante muchos años es la que tiene los niveles más altos de producción.
     
    Y en esa historia, ha escrito páginas de la abundancia que le dio bienestar a muchos y recientemente, las que han representado el ocaso, como ocurre con algunas cooperativas.
     
    El recurso ha sido el mismo, pero se incrementó el número de personas involucradas en la captura de este recurso, que ha puesto al camarón en niveles máximos sostenibles.
     
    Cada año, se advierte en el manejo de esta pesquería la urgencia de cuidar el recurso, sobre todo en el tamaño del camarón, con el fin de garantizar su reproducción para las siguientes temporadas.
     
    Pero el camarón es hoy una especie amenazada, en la que se combinan la necesidad de subsistencia de un grupo de la población que depende de esta pesca, y la necesidad comercial, de quienes conducen esta industria.
     
    Las capturas han iniciado este martes y ahora, la responsabilidad del cuidado del recurso recae en los pescadores. En su responsabilidad, está el utilizar las artes de pesca adecuadas que permitan solo la captura de camarón en las tallas consideradas comerciales y, además, hacerlo en zonas donde no se afecte su reproducción.
     
    Porque para muchos, es sabido que el camarón que se vende por las calles en el Estado, muchas veces no alcanza su desarrollo completo, pero las necesidades de ese grupo de pescadores los obliga a la captura y la venta para obtener sus ingresos.
     
    No ha habido, hasta ahora, un programa integral que les asegure a los pescadores organizados el aprovechamiento adecuado del camarón, que garantice su futuro.
     
    Si ese orden no llega, como ha ocurrido otras veces, esta pesca tradicional en la historia de Sinaloa, se verá de nuevo amenazada. Y comer camarón es, también, una tradición sinaloense.

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