"Recuperar las playas"

Editorial

Que una playa de Mazatlán sea certificada como playa limpia es importante, pero no suficiente. Importa, porque ha sido posible conservarla de agentes contaminantes. No es suficiente, porque hay otros sitios de la ciudad que no están en condiciones de alcanzar ese estatus.

Qué bueno que haya la posibilidad de garantizar que al menos una playa de esta ciudad cumpla con la normatividad internacional para conseguir una certificación. Qué bueno sería que el resto de las playas de Sinaloa y del País, hicieran lago no para la certificación, pero sí para que no se degraden más.

La historia de las playas de Mazatlán ya se ha documentado en ocasiones anteriores. El auge turístico de la ciudad provocó por una parte las inversiones para atender al turismo nacional e internacional. Parecía que había urgencia y en esas prisas, se olvidaron de proteger lo más importante que ofrece este destino: sus playas.

Por eso, es que se puede ver zonas en las que prácticamente no hay zona de playa que disfrutar. Por eso, es que en algunas temporadas, la ciudad se queda sin sus playas. Por eso, es que algunos edificios se vean dañados por el oleaje.

Sinaloa tiene mucho para aprovechar uno de sus principales activos, que es su zona costera. Pero requiere también que haya mecanismos de control claros para que los daños ambientales que se han registrados no se repitan.

Las playas, en cualquier parte, y que importa para Sinaloa, requiere que se garantice una zona de amortiguamiento, para que el oleaje no represente una amenaza a las inversiones. Mientras se sigan destruyendo las dunas costeras todo lo que en ella se edifique estarán bajo riesgo.

¿Y si esa certificación que hoy recibe Mazatlán de una de sus playas es el motivo para cambiar la perspectiva de la infraestructura turística no solo de esta ciudad, sino de Sinaloa?

Sería bueno que ya se empezara. Que se regulara el ordenamiento y al mismo tiempo que se incentivan las inversiones, se promueve también la conservación de sus playas.