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"BUHEDERA"

"Sarcasmos"

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BUHEDERA

    gfarber1948@gmail.com

    www.farberismos.com.mx/web/

     

     

     

    Mi ex esposa era signo de agua, y yo de tierra. Juntos hacíamos lodo.

     

    Un viaje interplanetario... sin salir de la tierra

     

    Este exabrupto de Simon Black (https://www.rt.com/business/422559-tesla-total-collapse-coming/) parece exagerado y mero producto de la envidia. ¿Realmente lo es? Es un caso interesante, que muestra cómo funciona hoy el cálculo empresarial en sectores de vanguardia (tecnología) y en entornos exigentes (economía global). En fin, mi queridolectora, tú juzga. “La compañía estadounidense de autos eléctricos Tesla estará en bancarrota dentro de cuatro meses, a menos que su CEO Elon Musk ‘saque un conejo de su sombrero’, según el gerente de fondos de cobertura John Thompson”. Y es que hace poco, los accionistas de Tesla aprobaron un paquete de compensación para su director ejecutivo Elon Musk, que podría potencialmente poner $50 mil millones en su bolsillo durante la próxima década. Con ese gordo itacate, Musk ganaría más que todos los CEO en el S&P 500, juntos. No está mal, sobre todo considerando que el propio informe financiero del cuarto trimestre de 2017 de Tesla (página 24) aclara que Elon “no dedica su tiempo completo y atención a Tesla”. Además, la incontinencia financiera crónica de Tesla ha acumulado más de $ 4.970 millones en pérdidas operativas para sus accionistas. Hoy Tesla “vale” más o menos el doble que Ford, pero Ford fabricó 6 millones de autos el año pasado con una ganancia de $7.6 mil millones, mientras que Tesla fabricó apenas 100 mil autos (60 veces menos) y tuvo una pérdida de $2 mil millones. Además, Ford tiene $12 mil millones en efectivo guardaditos para enfrentar cualquier emergencia, mientras que Tesla “probablemente se quede sin dinero en los próximos tres meses”.

     

     

    Un audaz pronóstico

     

    John Thompson, inversionista de valores con sede en Chicago y director de inversiones de Vilas Capital Management, es uno de los pocos gestores de fondos de cobertura que ha superado consistentemente al mercado, y su fondo está apostando fuerte contra Tesla. Lanza este audaz pronóstico: “Creo que Tesla va a colapsar en los próximos tres a seis meses”. Y ennumera varios argumentos: la incompetencia de Tesla en la fabricación y entrega del Modelo 3; la caída de la demanda del Modelo S y X; su extrema valoración bursátil; sus horrendas finanzas que requerirán inminentemente un gran aumento de capital; su baja de calificación crediticia por parte de Moody’s de B- a CCC (probabilidad de incumplimiento) que debería asustar a sus proveedores de partes para exigir efectivo en la entrega (una sentencia de muerte); el reciente apetito decreciente de riesgo del mercado. En síntesis, “la compañía no podrá sobrevivir los próximos 12 meses sin acceso a capital de Wall Street o de inversores privados: aproximadamente $8 mil millones en los próximos 18 meses para financiar pérdidas de operación, gastos de capital, deudas vencidas y necesidades de capital de trabajo”. Pero los directivos de Tesla dicen que van a conseguir esta bocanada de oxígeno adicional con otra fuentes, en China por ejemplo. Y puede que tengan razón.

     

     

    Las nuevas reglas del capitalismo

     

    Tesla no es el único caso en estas extrañas condiciones que parecen obedecer a este nuevo lema: las empresas ya no necesitan ganar dinero.

    Tesla es solo una de una multitud de empresas de altos vuelos y gran éxito cuyos modelos de negocio se basan en la quema de dinero en efectivo:

    WeWork, Uber, Netflix, Snapchat, Dropbox, etc. “Cada una de estas compañías pierde dinero. Y se está convirtiendo en una epidemia. De hecho, son muchas las compañías que gastan tanto efectivo que tienen que pedir prestado dinero solo para pagar intereses de sus deudas anteriores. Pero bajo las nuevas reglas del capitalismo, estas pérdidas no importan, porque hay innumerables inversonistas, fondos y banqueros encantados de meter más capital en el negocio. Esto va en contra de las leyes más básicas de las finanzas: las empresas ganan dinero para sus inversionistas, y no al revés. Sin embargo, los inversionistas siguen arrojando capital a estos pozos sin fondo”.

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