"Sarcasmos"

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“Yo no creo en la democracia como forma de organizar el mundo. La democracia es solo una mafia para mover las turbas, disfrazada con saco y corbata”. -Doug Casey.

Make America great again

Me llega este imeil ultranacionalista que seguramente despertará furores entre nuestros indocumentados: “¿Qué tenían en común los presidentes Hoover, Truman y Eisenhower?

“Durante la gran depresión, Herbert Hoover ordenó la deportación de TODOS los extranjeros ilegales para que los ciudadanos estadounidenses que necesitaban empleos desesperadamente tuvieran puestos de trabajo disponibles.

“Harry Truman deportó a más de 2 millones de extranjeros ilegales después de la Segunda Guerra Mundial para crear empleos para los veteranos que regresaban.

“En 1954, Dwight Eisenhower deportó a 13 millones de mexicanos. El programa fue llamado Operación Wetback. Se hizo para que los veteranos de la Segunda Guerra Mundial y los veteranos coreanos tuvieran una mejor oportunidad de trabajar. Tardaron dos años, pero los deportaron.

“Si podían deportar a los extranjeros ilegales en ese entonces, seguramente podrían hacerlo hoy.

“Hoover, Truman y Eisenhower eran hombres de honor, no políticos oportunistas que abogaban por los votos. Nadie en ninguno de las partidos tiene el coraje de hacer esto. Ah,no olvides pagar tus impuestos, 20 millones de extranjeros ilegales dependen de ti”.

Escepticismo

El Gustavo muestra su escepticismo: “Tal vez estén infladas las cifras, porque no se citan fuentes para hacerlas creíbles. En la Operation Wetback (1954), 13 millones de ilegales mexicanos me parecen muchos, muchísimos, pero pues tan sólo es una consideración en el aire, de la misma forma que se presentan las cifras.

“Por otro lado, Trump tiene un programa de propaganda electoral y no otra cosa. Estados Unidos siempre, en toda su historia, NO HA PODIDO PRESCINDIR DE INMIGANTES, LEGALES O ILEGALES. Mucho menos en los tiempos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, de extraordinario crecimiento económico y de nivel de vida en Estados Unidos (junto con Europa y otros países afines). Hay empleos pero, y cabe citar a un clásico: ni los negros los quieren.

“Las rudas tareas agrícolas, como la cosecha de cebolla, que a decir de un académico del Colegio de la Frontera Norte, es una tarea espantosa, hace muchos, muchos decenios, que los anglosajones no desempeñan y hace ya buen tiempo que los negros tampoco: mucho mejor vender droga o administrar a muchachas de buen ver. Limpiar restaurantes por las noches y lavar platos fueron desempeñados por mexicanos y algunos europeos orientales y vietnamitas, pero por una corta temporada estos últimos”.

Catastrofista

Frustration & the Risign Tide of Civil Unrest, https://www.armstrongeconomics.com/world-news/civil-unrest/the-hatred-from-the-left/ dice de EU: “Uno puede sentirlo en el aire. Nos dirigimos hacia el colapso del gobierno y una guerra civil violenta porque el odio está aumentando dramáticamente. El gobierno ya no es capaz de funcionar. El Estado de la Unión fue solo un ejemplo.

“No importaba lo que dijera Trump. Los demócratas no romperán las filas de partido y se negarán a cumplir con cualquier cosa. El gobierno nunca actuó así hasta que Hillary perdió. Ninguna de las partes aceptará la elección en 2020. La sociedad occidental se derrumbará para 2032. No hay vuelta atrás. Así es como todos los imperios, naciones y ciudades-estado se han derrumbado a lo largo de la historia. El estado de derecho se desvanece y lo que emerge es simplemente odio.

“Todo el propósito de la civilización es que las personas se unan y trabajen juntas por un objetivo común. Hemos perdido todos esos puntos en común y ambos extremos exigen la subyugación de sus oponentes. Por eso se desarrolla la revolución. Ninguno de los lados tiene permitido existir. Cada uno exige que el otro se ajuste a sus ideas.

“Esta es la razón por la cual los impuestos directos destruyen todas las civilizaciones, ya que permite que un lado explote al otro”.

Nótese la frase terrible: Ninguna de las partes aceptará la elección en 2020. Eso es muy, muy, muy peligroso porque le quita la máscara a la fachada “democrática”.