Jesús Héctor Muñoz Escobar
México no puede dejar pasar los amagos del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump quien amenaza con firmar una orden ejecutiva para imponer tarifas arancelarias del 25 y 10 por ciento a las importaciones de acero y aluminio.
Con justa razón, los industriales del aluminio exigen al gobierno mexicano una reacción rápida y responder con una medida similar para evitar un daño mayor y de alguna forma, impedir un mal precedente en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Por eso como dijo el senador Ernesto Cordero: preferimos no tener Tratado a ser mal tratados en el TLCAN. La posición de México debe ser de mucha dignidad, de firmeza; definitivamente está superada la época de poner de rodillas a los socios, a los países aliados como son México, Canadá y Estados Unidos.
Con estas medidas, los expertos pronostican una guerra comercial de la que ningún país saldrá triunfante y por lo pronto ya empezó a tener consecuencias al afectar a la séptima ronda de negociaciones del TLCAN.
Se tenía previsto avanzar sustantivamente en esta ronda, pero sólo hubo avances en prácticas regulatorias, transparencia, medidas sanitarias y patentes y se quedó a medias telecomunicaciones, comercio digital, obstáculos técnicos al comercio, energía y el capítulo financiero.
Un punto por destacar es que los negociadores mexicanos no se cruzan de brazos y se mantienen atentos a las negociaciones e incluso celebran que en esta ronda se haya dado un avance superior al logrado durante los anteriores seis meses de diálogo entre los tres países.
Así, mientras en México nos entretenemos con las amenazas de Ricardo Anaya hacia el Presidente Enrique Peña al decirle que lo va a meter a la cárcel si descubre que cometió actos de corrupción y a José Antonio Meade subrayar que, si la hacen, la pagan, desde fuera una amenaza se avecina: una guerra comercial de la que ningún país saldrá exitoso, con el daño que puede causar a la economía.
Sin embargo, no todo es malas noticias. México va a dar un gran paso al firmar este jueves, en Santiago de Chile, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11), a través del cual nos incorporaremos a un mercado de 500 millones de consumidores en economías como las de Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam que significan el 15 por ciento del comercio mundial.
Es una buena noticia ya que las exportaciones de autopartes, refrigeradores, pantallas planas, teléfonos celulares, computadoras, productos agrícolas y cerveza sostendrán un fuerte incremento y, sin duda, habrá un beneficio directo para los productores nacionales.
Este acuerdo si bien es firmado por los titulares de comercio de las once naciones involucradas, todavía tiene que ser ratificado por el Senado de la República y se espera que esto suceda en abril próximo, claro si los legisladores no deciden lo contrario.
Twitter @jhectormunoz
Instagram @jhectormunoz
Facebook jesus hector muñoz escobar
www.hectormunoz.com.mx
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
