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"TIERRA NUESTRA"

"Sin soberanía alimentaria no se resolverá la crisis en que nos tiene inmerso la política agrícola americana y con la austeridad republicana"

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    epalaublanco@yahoo.com.mx 

     

    El gobierno de México, por la austeridad que ha dictado el Presidente López Obrador, con el TLCAN con la apertura total de la economía, tiene a la agricultura comercial en un callejón sin salida.

    Se pretende simplificar la solución a reducir sin miramientos todos los programas del gobierno, sin contemplar, primero la característica única de la agricultura, con la rigidez que tiene la oferta y demanda.

    Con la decisión en 1993, de incluir en el TLCAN la agricultura y después el T-MEC, por no haberse defendido por el equipo de negociación de la administración anterior y del Dr. Jesús Seade del nuevo gobierno, para sacar al sector agrícola del tratado, entregando por segunda ocasión la soberanía alimentaria de México, a las decisiones del Poder Legislativo y Ejecutivo de los Estados Unidos.

    Por la experiencia de los 24 años del primer tratado, México no puede establecer una política agrícola que no se sustente en los subsidios o apoyos directos no vinculados con la producción, se estableció, sobre todo a partir de “la Freedom to farm” de la ley agrícola de 1996, la imposibilidad de establecer un programa de administración de la oferta, que a la vez resultaría muchísimo más barato y efectivo, que la total apertura a la libre importación de granos y oleaginosas, perpetuándose la sobreproducción agrícola de nuestro principal socio comercial. Ahora sí, con esta ideología “neoliberal” se ha perpetuado el dumping, al grado que de los 24 años anteriores, en doce, se ha exportado a precios dumping, de los cuales los 4 últimos años los precios han caído un 50 por ciento.

    Con la FARM BILL de 2018, EU pretende resolver el problema de sobreproducción de los principales granos de ese país, mediante la ampliación de la superficie del programa de conservación (“Conservation Reserve Program”) de 9.7 millones de hectáreas a 10.9 millones de hectáreas con un retiro adicional de 1.2 millones de hectáreas que no estarán en producción. Aunque esta medida va en el sentido correcto, no resolverá el problema de sobreproducción de la nación americana.

    El subsecretario de autosuficiencia alimentaria Víctor Suárez Carrera, en la asamblea nacional de AMFA en Mazatlán, afirmó que “tiene que haber un cambio tecnológico en la producción de maíz, todavía encadenada a las transnacionales con el uso de agroquímicos”, en lugar de utilizar la agricultura sustentable, logrando un costo de producción de mil pesos tonelada. Cosa imposible de lograr con esta nueva receta. Esto provocó gritos de los asistentes en señal de rechazo. Después responde el subsecretario que está dispuesto, entre compañeros, a escuchar sus argumentos.

    En el pasado abordé la falta de rentabilidad de la agricultura comercial por las grandes asimetrías entre los dos países y la importación de maíz y otros granos a precios dumping, por la sobreproducción agrícola de nuestro principal socio comercial, cuyo costo no es de mil pesos tonelada.

    En una colaboración de junio 30 de 2018, afirmé que no sería difícil que el nuevo Gobierno de AMLO planteara una renegociación del acuerdo de 1994 en consideración a la realidad de la agricultura mexicana. Me equivoqué rotundamente! El T-MEC fue firmado de acuerdo a los intereses de Estados Unidos y jamás se hicieron planteamientos sobre la inclusión injusta de la agricultura de granos dentro del TLCAN, cuando Canadá solo incluyó en esta última negociación el 3 por ciento del mercado de lácteos, dejando fuera del tratado el 97 por ciento del sector.

    El gobierno de Carlos Salinas de Gortari obligó su inclusión- de la agricultura, basado en la ilusión de la excesiva libertad del mercado, simplemente por razones ideológicas. Parece que la 4T no lo sabe, ni lo entiende.

    El costo producción de maíz de Sinaloa, con renta de tierra es de 4,180 pesos tonelada. Y el costo de producción en Iowa, sin rotación con soya es de 3,080 pesos tonelada. Son 1,100 pesos por tonelada de diferencia a favor del productor americano.

    El costo de producción de maíz, después de soya en Iowa, es de 2,625 pesos por tonelada. Que no hay referencia en México, porque prácticamente toda la soya se importa, también de Estados Unidos. Esa opción de contar con ella podría ser viable en México, pero no se ha explorado en serio, por la resistencia a que la soya sirva como vector de plagas para pasarla al siguiente cultivo.

    Hay una referencia del costo de maíz amarillo con agricultura sustentable con un costo por tonelada en Sinaloa de 3,238 pesos por tonelada con un rendimiento de 10.8 toneladas por hectárea(Club de Agricultores de Conservación del Évora AC) y no los mil pesos por tonelada, que reportó el subsecretario de autosuficiencia alimentaria en la asamblea de ANFA. Esta opción debía incursionarse en forma más decidida, para ver si en el largo plazo se puede encontrar otra solución, no teniendo que depender de renegociaciones que no se llevaron a cabo.

    El problema es que la agricultura enfrenta curvas de oferta y demanda inelásticas. Esto significa que la oferta y demanda no reaccionan lo suficiente ante la baja de precios, manteniendo un nivel de sobreproducción permanente de granos en Estados Unidos. Las opciones de cultivo no son muchas por lo que seguramente se sembrarán frijol en exceso y garbanzo, con inventarios acumulados de garbanzo para dos años.

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