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"DUEÑEZ* EMPRESARIA"

"Sumando inteligencias"

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DUEÑEZ* EMPRESARIA

    De nada sirven unas gafas si detrás no hay unos ojos.
    Un empresario amigo me dijo, a modo de pregunta: “Carlos, ese tema de la Inteligencia Artificial a mí me parece que es para las grandes corporaciones de los países más avanzados. A nosotros no nos afectará en nuestros negocios en lo que nos quede de vida”.
    Le respondí que la inteligencia artificial (IA) ya nos está afectando en nuestra cotidianidad más de lo que imaginamos: en los servicios que recibimos, en lo que compramos por Internet, en el hospital, en las tiendas, en el suministro de los productos que compramos, en nuestro automóvil.
    En los próximos años la IA estará mucho más presente en nuestras vidas, pero más nos vale estar actualizados en lo que impactará a nuestros negocios y en cómo la integraremos en nuestras organizaciones.
    Más nos vale estar atentos a los grandes cambios de nuestros tiempos, incluyendo la IA. Tampoco pensemos que esto significará que todo el quehacer humano será sustituido por máquinas. La inteligencia humana será siempre la que gobierne.
    A propósito, veamos lo que nos dice sobre el tema Xavier Marcet, reconocido consultor, conferencista y escritor de Barcelona, en su artículo publicado en La Vanguardia (12 de mayo de 2018).
    Se le antoja muy prematura la idea de que las máquinas inteligentes van a sustituir a las personas y que no habrá trabajo; estamos mucho más interesados en enfatizar la potencia de las máquinas que la de las personas. Una cosa es que el cambio sea importante, y otra que la IA sustituya sistemáticamente a la inteligencia natural. Él se apunta a la corriente de que el futuro pasa por la suma de inteligencias y no por la sustitución de las personas por las máquinas.
    Las personas tienen una capacidad de contextualizar rápidamente que las máquinas no tienen. Las máquinas sólo pueden ser expertas; las personas pueden ser sabias. En cosas muy concretas las máquinas serán mejores, nadie lo duda, pero cuando se trate de decidir en contextos de complejidad, confiaremos en las personas.
    La empatía, la prudencia, el sentido de la oportunidad, la capacidad de motivar, la gestión del matiz, el liderazgo, es algo de las personas. No se trata tanto de confrontar las máquinas inteligentes y las personas. Se trata de saber crear las mejores coaliciones entre las personas y las máquinas para crear más y mejor valor. Y en esa coalición, quienes pondrán la diferencia serán las personas. Al final, las máquinas las tendrá todo el mundo, pero el talento siempre resultará diferencial.
    Marcet piensa que liderarán el mundo las empresas que sepan sumar inteligencias. De lo que se trata es de amplificar las capacidades de las personas gracias a las máquinas y que eso permita decisiones de mayor calidad, nos posibilite repensar muchos negocios y enfrentar las grandes complejidades de la sociedad.
    Las máquinas analizarán volúmenes exponenciales de datos a partir de los criterios que les demos las personas o de los que las propias máquinas nos propongan; y las personas serán las que acaben realizando las síntesis estratégicas y operativas, y en función de su capacidad de contextualizar acabarán tomando las decisiones.
    Las organizaciones en las que la mayoría de sus personas entiendan que el cambio que viene sólo puede digerirse a la par en el plano de los equipos y a nivel individual, y se focalicen en nuevas formas de crear valor desde la suma de inteligencias, tendrán muchas oportunidades. La capacidad de aprender y desaprender de las personas y las organizaciones será diferencial.
    Se impondrá algo así como un nuevo alfabetismo de esa suma de inteligencias. Un nuevo alfabetismo que sólo podrá ser aprendido en escuelas y universidades si estas organizaciones son capaces de cambiar y de vivir en una lógica de suma de inteligencias ellas mismas.
    Yo concluyo con Marcet: el gran reto de la IA no es inyectar tecnología, sino gestionar el cambio de las personas para aprovechar el enorme potencial de la suma de inteligencias. Sucede lo que con la Lógica: no sustituye a nuestro intelecto, sino que nos ayuda a pensar mejor.

    Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM
    * “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois

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