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"TIERRA NUESTRA"

"Un esfuerzo decidido de gobierno y productores para la diversificación de cultivos"

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    En colaboraciones anteriores me he referido insistentemente a la escasa diversificación de cultivos en Sinaloa, que genera un serio problema para la comercialización de las cosechas, como el caso reciente del maíz, frijol y garbanzo ya reseñados. Añejo problema que no ha sido atendido. Que se refleja en problemas de sobreproducción, pese a que se conoce una de las causas: a mi juicio la más importante, el prácticamente monocultivo. Todos lo saben, pero no se encuentra la solución definitiva al problema.

    El gobierno mexicano, con la firma del TLCAN, ha concentrado sus esfuerzos en términos de inversión de recursos presupuestales, en pocos cultivos en función de las zonas agrícolas en el país. Se abandonó la diversificación que existía en la década de los 80’s.

    La necesidad de la diversificación de cultivos, además de problemas de mercado por sobreproducción, son también de índole agronómico: la soya es un cultivo que complementa muy bien al maíz: En Estados Unidos ésta se siembra alternadamente un ciclo, en lugar de repetir con el maíz. Sirve para fijar el nitrógeno en la tierra. Esto reporta un mayor rendimiento posteriormente en el siguiente ciclo del maíz.

    Ha habido oposición a la siembra de soya en Sinaloa, en años pasados porque se consideraba un vector para mantener las plagas y transferirlas de un cultivo a otro. Pero es cuestión de disciplina. Ya hay reportes recientes de que empieza a sembrarse nuevamente, sobre todo en el norte y coadyuvaría a reducir las importaciones del 90 por ciento del consumo nacional.

    Afirma el doctor Jorge Luis Armenta en una presentación en el Colegio de Ingenieros Agrónomos:
    “Para hacer sustentable un suelo, se requiere realizar prácticas de conservación que permitan disminuir sensiblemente la erosión, incrementar la materia orgánica y microflora del suelo y aplicar fertilizantes orgánicos entre otros. La rotación maíz-maíz por décadas ha provocado el incremento de las dosis (aplicada) de nitrógeno por hectárea, contaminando los mantos freáticos, esteros y cuerpos lagunares. El monocultivo del maíz ha inducido a una mayor presencia y diversificación de plagas que atacan al cultivo, incrementándose el número de aplicaciones de insecticidas en al menos una a dos veces y hasta tres en siembras tardías”.

    “El monocultivo crónico del maíz tiende a favorecer la reproducción y dominancia de micro-organismos patógenos dentro de la microflora del suelo lo cual genera enfermedades en los plantíos de maíz, afectando su rendimiento”. El doctor Armenta aboga por la labranza cero, que reduce la tasa de erosión en un 87 por ciento comparado con el sistema tradicional. Ya ha habido un avance: con 80 mil hectáreas, de las cuales 40 mil hectáreas son de labranza de conservación y otras 40 mil de labranza reducida, según informa el CIMMIT, que seguirá trabajando.

    En el pasado reciente, se han iniciado siembras “simbólicas” de cultivos como la soya. El trigo se siembra en una superficie reducida en la zona de Guamúchil particularmente.

    Algunas siembras de “arándano” se hacen en la zona de El Fuerte. Un mercado muy interesante y seguramente con posibilidad de crecimiento. Pero es un cultivo muy caro.

    Para la diversificación es necesaria la participación activa del gobierno federal en impulsarla.

    En el pasado, se han logrado algunas reconversiones -aunque no permanecen en el tiempo- con programas de reconversión que implica decretar apoyos por hectárea. Los productores y sus líderes mencionan como la solución del problema. Pero la fórmula solo parecen paliativos que no logran un cambio permanente a cultivos más diversificados. El abanico de cultivos del 2018/19 así lo indican.

    Hay otros cultivos que está proponiendo FIRA, como aguacate, arándano, espárrago, limón persa y mango. Esta es una contribución importante de FIRA, aunque son cultivos de inversión por hectárea mayor y de la necesidad de operar por más de un año, para esperar resultados financieros positivos. Estas son opciones principalmente para el sector hortícola,
    particularmente el arándano con un costo similar al tomate; los cultivos restantes son más bajos, del orden de 150 mil pesos por hectárea. Por lo que se deben buscar más opciones con inversiones por hectárea parecida a los cultivos actuales de granos.

    Se requiere un esfuerzo más decidido, que se promueva un abanico amplio de cultivos con una rentabilidad indiferente. Pero no hay dependencia ni organización que lo promueva. Proponer solo mediante apoyos extraordinarios del gobierno para las nuevas opciones me parece bien, pero poco ambicioso o efectivo. Gobierno, instituciones de investigación y organizaciones de productores deben participar para que sea un esfuerzo donde se vea la decisión de todos para lograrlo.

    La agricultura comercial hasta ahora, no está dentro de las prioridades del gobierno actual. Urge que se revise la opinión del gobierno sobre la agricultura comercial, despojándose de prejuicios e ideas preconcebidas. Si hay alguna queja concreta se debe plantear a los productores.

    Se requiere investigación de las instituciones de investigación como el INIFAP y CIAD. Que hagan investigación y ofrezcan asesoría al productor para iniciar estos cultivos. Con la participación activa de las organizaciones agrícolas y otras entidades de investigación como Fundación Produce, además de la decidida participación del gobierno federal. Sería ideal contar con un programa de extensionismo. Ciertamente la diversificación no puede orientarse a producir maíz amarillo, a fin de cuentas maíz, por los factores agronómicos señalados.

     

    epalaublanco@yahoo.com.mx

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