Rafael Morgan Ríos
La Real Academia de las Ciencias Sueca reconoció con el Premio Nobel a los economistas estadounidenses William Nordhaus y Paul Romer por sus trabajos sobre el crecimiento sostenible y sobre la relación entre la economía y el clima, diseñando métodos para enfocar el crecimiento sostenible a largo plazo y el bienestar de la población.
México es uno de los firmantes del Acuerdo de París, pero es uno de los 15 países que más dióxido de carbono están lanzando a la atmósfera; Estados Unidos también firmó el acuerdo-compromiso de luchar por reducir el calentamiento global, pero el Presidente Trump retiró a su país de ese Acuerdo y hasta pretendió reactivar las plantas generadoras de energía con base en carbón, que es lo más contaminante y su industria y su enorme parque vehicular arrojan miles de toneladas de CO2.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático de la ONU, reunido en Incheon Corea, antes de la Conferencia Sobre el Cambio Climático que se llevará a cabo en diciembre de este año en Polonia, elaboró un informe especial en el que determina como meta un calentamiento global máximo de 1.5 grados centígrados, pues “con un aumento de 1°C se están sufriendo condiciones meteorológicas más extremas, crecientes niveles del mar y deshielo en los polos. Ante esto, se está proponiendo que las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) de origen humano, disminuyan un 45 por ciento para el año 2030 respecto al 2010.
Para lograr lo anterior, en México se ha estado desarrollando un programa de generación de energía limpia con la construcción de 65 centrales, de las cuales, 49 plantas son solares y 19 son eólicas, según expuso el Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
Pese a los acuerdos y a los informes de los efectos del calentamiento global, el nuevo régimen de López Obrador no ha expuesto ningún plan sobe ecología en general, además de que ni en los debates entre los candidatos se trató el tema. Ya la próxima titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Elena Álvarez Buylla, expuso como un reto para la próxima administración la contaminación del agua, la destrucción de la biodiversidad, la contradicción entre el deterioro del medio ambiente y la producción de alimentos, etc. Y la próxima titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Josefa González, presentó las seis áreas en materia ambiental que serían agua, biodiversidad, cambio climático, ciudades sustentables, costas, mares e islas y la creación del programa nacional de adaptación al cambio climático, pero no existe nada estructurado que tenga la aprobación del Presidente electo, más aún, si se ha de cumplir con reducir la emisión de gases de efecto invernadero, se contrapone con la construcción de refinerías y la reducción del precio de combustibles.
Varios casos particulares requieren de una especial atención por el Gobierno federal, como el caso del gas metano del que “México es el quinto mayor emisor mundial de contaminación por metano” que se produce por la industria de petróleo y gas. Según la Agencia Internacional de la Energía, con solo se redujera la mitad de metano a nivel mundial, se lograría el mismo beneficio que si se cerraran todas las plantas de carbón en China. En julio de este año, México lanzó el proyecto de regulación integral para reducir las emisiones de metano del sector petrolero y según la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), casi sería suficiente para cumplir los compromisos del Acuerdo de París, pues el metano es responsable del 25 por ciento del calentamiento global, y se reducirían otros tóxicos cancerígenos.
Según nota del periódico Reforma, el vocero del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua explicó que el número de acuíferos sobreexplotados en México pasó de 36 a 115 en 40 años y que en 17.6 por ciento de las aguas subterráneas se extrae más líquido de lo que les ingresa; según la Conagua, el 30 por ciento del volumen concesionado procede de los 653 acuíferos que posee México, por lo que la sobre explotación de los recursos hídricos traerá consigo problemas ambientales sociales y económicos, además, el nuevo régimen nada dice sobre la basura, los plásticos contaminando mares, lagos y suelos, las aguas negras y sobre la excesiva explotación de los mares, los conflictos pesqueros, la tala excesiva de los bosques, el agotamiento de los suelos, la destrucción de ecosistemas, etc.
Lo cierto es que al Presidente electo le hace falta una Agenda Ambiental como la que elaboró el Dr. Rito Vega para el Estado de Sinaloa.
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